La fortuna en duda, el supuesto problema de alcohol y más, en “La señora Calderón”

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Ciudad de México(SinEmbargo).– ¿Quién está detrás de Margarita Zavala Gómez del Campo? ¿De dónde salió su patrimonio? ¿Hasta qué punto está involucrado el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa en su proyecto político? “La señora Calderón”, el más reciente libro de la periodista Sanjuana Martínez, ofrece respuestas a todas esas preguntas. Y son respuestas que, afirma la sinopsis oficial de esta investigación, incomodarán a más de uno.

Por cortesía de la autora y de Grupo Planeta México, SinEmbargopresenta el siguiente adelanto de esta radiografía de la vida de Margarita Zavala como Primera Dama, y que fue realizada hurgando en los entresijos de uno de los matrimonios más poderosos de la política mexicana.

El extracto del libro es publicado por el sello Temas’ de Hoy, de la editorial Grupo Planeta México.

¿Quién la financia?

¿Cuántos millones ha gastado Margarita Zavala en los más de tres años que lleva de precampaña y campaña a la Presidencia? Aunque hay opacidad en su financiamiento, ella misma ha declarado que ocho de cada diez pesos que ha gastado provienen de su marido, Felipe Calderón.

–Simplemente hay que ver a la gente de su equipo, que estaban en una condición, si no precaria, por lo menos llevaban una vida modesta y terminaron el sexenio con grandes patrimonios, propiedades, casas ostentosas…

–¿Cómo quién?

–Como Alejandra Sota Mirafuentes, ex vocera de Felipe Calderón; Germán Martínez, César Nava, Roberto Gil Zuarth… En fin, todos ellos. Recuerdo el nivel de vida de Alejandra, por ejemplo; conocía a sus papás, era una familia modesta y terminaron con casas ostentosas. No tiene justicación, no tiene explicación.

–¿Usted se enteró de casos de corrupción?

–Digamos que escuchaba cosas, de arreglos, de favores, de dinero; el caso escandaloso aquel del padrón de Sedesol que se usó en la campaña con Hildebrando, pero yo nunca me metí a fondo en esos temas. Eso fue una losa pesada para el PAN.

–Pero, con su fortuna, ¿los Calderón-Zavala tienen un conflicto de interés?

–No sé si conflicto de interés. Lo que sí creo es que hay un abuso, porque a él le encantaba pasarla bien sin pagar de su propio bolsillo los gastos. Eso fue desde que era secretario general del PAN.

–¿En qué sentido?

–Tal vez no al grado de dificultades, pero no tenía una posición económica boyante como ahora. Más bien tenía una vida modesta.

–¿Y quién la financia realmente?

–No sé, pero yo creo que les quedó un capital importante.

Margarita Zavala y su esposo Felipe Calderón, junto a Ricardo Anaya, ahora también candidato a la Presidencia de México, y con quien la ex pareja presidencial tiene serias diferencias. Foto: Cuartoscuro.

MEMORIA VIVA

Manuel de Jesús Espino Barrientos nació en 1959 en Victoria de Durango. Posee un currículum indiscutible: ingresó al PAN en 1978 y fue su secretario general de 2002 a 2005, para luego fungir como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN hasta el 8 de diciembre de 2007. Fue también presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América del 23 de noviembre de 2006 al 30 de julio de 2010. Fue presidente del PAN en Sonora y coordinador de giras en 2001 de Vicente Fox. Además, fue diputado federal en dos ocasiones. No obstante, a pesar de su trayectoria, sus diferencias con Felipe Calderón en la estrategia de seguridad provocaron que el 3 de mayo de 2011 la Comisión de Orden del Consejo Nacional determinara su expulsión definitiva del PAN. Posteriormente fue diputado de Movimiento Ciudadano, partido que dejó en 2017, y se convirtió en diputado independiente.

Espino es la memoria viva de una buena parte de la historia del PAN. Gracias a su experiencia, está capacitado para analizar la estructura de nuestro sistema político. Conoce el arte de operar, debatir, conciliar y tejer alianzas. Es lo que Aristóteles llama un “animal político”, un hombre preocupado por el bien común, que no puede dejar de lado su relación con el Estado ni su intrínseca condición de ciudadano activo y proactivo.

–¿Tú no sabes quién soy yo? –le preguntaba al mesero, que se negaba a seguir sirviéndoles. Y gritaba bajo el influjo del exceso de alcohol ingerido–: ¡Te ordeno que me traigas otra botella!

El mesero, atribulado, intimidado, respondía:

–No podemos, señor; perdón.

Los meseros iban recogiendo la mesa, retirando las botellas de la gran mesa donde los señores diputados habían disfrutado su velada. En ese momento, Calderón explotó nuevamente:

–No te lleves las botellas, esas me las voy a tomar también. Yo las pagué y yo me las voy a tomar.

Avergonzados, Manuel Espino y Alejandro Zapata Perogordo, ex diputado y ex coordinador del grupo parlamentario del PAN, intentaron calmarlo. Ya de madrugada, cuenta aquel que se lo llevaron en “calidad de bulto” a su habitación. Ahí lo acostaron en la cama, le quitaron los zapatos, le aflojaron el cinto del pantalón y lo pusieron de lado, sosteniéndolo en esa posición con una almohada para evitar que, si vomitaba, se ahogara.

Sentado a la mesa y antes de empezar a desayunar, Felipe Calderón le preguntó:

–Oye, Manuel, ¿qué pasó? No me acuerdo de nada.

Espino le narró lo sucedido y, con rostro de preocupación, Calderón le dijo:

–Te voy a pedir un favor: de ahora en adelante, cada vez que pase algo así, sácame de ahí con cualquier pretexto. Dime que me habla Margarita o cualquier otra cosa.

Espino le narró lo sucedido y, con rostro de preocupación, Calderón le dijo:

–Te voy a pedir un favor: de ahora en adelante, cada vez que pase algo así, sácame de ahí con cualquier pretexto. Dime que me habla Margarita o cualquier otra cosa.

Espino explica que ese favor se lo hizo algunas veces, pero luego ya no funcionó. Finalmente, Calderón, en una ocasión en que tenía un alto grado de alcohol encima, le reclamó:

–Tú siempre vienes y me dices lo mismo. Y no es cierto. ¡Déjame en paz!

A partir de ese momento, Espino decidió ya no cuidar las borracheras de Calderón, que además eran del dominio público.

–¿En qué momento el alcoholismo de Felipe Calderón se convirtió en problema? —cuestiono.

–Yo creo que desde que era presidente del PAN [1996-1999], más o menos por ahí. Ese era un problema muy fuerte de su papá. ¿Conoce la historia?

–No, diputado. Cuéntemela, por favor —le contesto intrigada

–Y el alcoholismo no se cura si no se atiende —intervengo—, y parece que no se atiende…

–No. Yo creo que ahora todas esas cosas se sintetizan en el proyecto de Margarita, porque tratan de aparentar una forma de ser, un estilo político que no tienen de honestidad, de servicio, de rectitud, de visión de Estado…

–¿No hay nada de eso?

–No.

–¿Cómo puede Margarita sostener una relación con un alcohólico? ¿Será muy difícil vivir con alguien así? –inquiero.

–Bueno, pues el amor es así.

–¿El amor?

–Algún sentimiento debe haber ahí.

–No todas las parejas están unidas por el amor, a veces hay intereses.

–O por interés —responde Espino.

–Una pareja de intereses compartidos… ¿Usted piensa que esta candidatura de Margarita significa una reelección de Calderón?, ¿que él está detrás?

–Amigos cercanos que han estado ahí, o están ahí, me dicen que no está tan metido Felipe, como que eso lo pactaron: “Tú no te metas”.

Sin embargo, desde la precandidatura de su esposa, Felipe Calderón, además de financiador, ha sido su gran propagandista. Diariamente publica tuits para atacar a sus adversarios y alabar las “cualidades” de la ex primera dama. En especial, en las redes sociales ha hecho implacables críticas contra Andrés Manuel López Obrador.

Espino piensa que a Margarita y a Felipe los unen sus proyectos en común:

–Hay algo ahí raro entre ellos, es una relación que no me la imagino muy amorosa ni de mutua comprensión.

–¿Por qué lo dice? –indago.

–Me la imagino difícil, por lo que yo llegué a ver.

–¿Qué llegó a ver? Hay quienes me han dicho que Calderón maltrata físicamente a Margarita, cosa que no sería de extrañar, porque es algo muy común en un hombre alcohólico.

–Yo sí lo creo porque él es muy… ¿Cómo te diré…? Menosprecia mucho a las personas y creo que a Margarita también. Además, [ella tiene] un estilo que a mí me desesperaría, o sea, pazguato, de pocas neuronas. Pero sí puedo imaginar a Felipe, que es neurológicamente hiperactivo.

–Qué difícil para ella; pero, repito, la violencia de género es ejercida algunas veces por hombres alcohólicos; de hecho, pasar del alcoholismo a la violencia de género es común.

–Sí, eso es muy común en muchas personas.

–¿Usted cómo veía a esa pareja?

–Una relación fría; muy fría la relación entre ambos, porque yo veía a don Luis Álvarez y a Blanquita, que eran cariñosos, no melosos, pero había una relación en la que se notaba que había afecto, cariño. Entre Felipe y Margarita no; son un par de hielos.

–Entonces, ¿es un matrimonio también de conveniencia, más allá del amor?

–Me parece que de jóvenes les ha de haber generado empatía o entusiasmo el hecho de que ambos eran descendientes de personajes del PAN, y tal vez confundieron eso con un cariño, con otra cosa. Había afinidad en la forma de ser, pero nunca hubo enamoramiento. Yo nunca vi un momento cariñoso entre ellos, jamás, nunca, nunca.

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