CDMX.- El viaje en el que Dante atraviesa por el infierno, el purgatorio y el paraíso guiado por el poeta romano Virgilio es descrito por Jesús Lugo en sus cuadros al óleo sobre tela y madera que conforman la exposiciónCantos del cielo y del infierno, la cual se exhibe en la Galería del Sur de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Reconocido internacionalmente con una producción artística en la que plasma momentos extraídos de la literatura, la historia de la pintura y de experiencias propias para esta muestra el artista eligió el poema La divina comedia, de Dante Alighieri.
El creador describe esta colección como figurativa al no tener ninguna abstracción pues todos los elementos se pueden leer claramente, pero también barroca ya que consta de una multiplicidad de elementos en los que “está plasmado el bien y el mal, la búsqueda entre la luz y la sombra”.
Inundación en Land Art expone la relación que hay entre el tiempo y el espacio, y cómo las almas van pasando al primer círculo del infierno; The late repentersretrata el purgatorio y la soberbia, y El pasaje del libro versa sobre un pintor egoísta que se siente superior a los demás.
The Sculptures, purgatorio canto X es un referente a diversas culturas, mediante una concepción distinta de ver las cosas por medio de imágenes comerciales o publicitarias. Beatrice, purgatorio canto XXXexhibe el pasaje en el que Dante y Virgilio llegan a los círculos del infierno y se encuentran con una muralla. “Yo le di el significado de que los demonios estaban del otro lado para que ellos no entraran”, sostuvo el pintor. Otras iconografías sonCanto undécimo y La caída de los ángeles, que representan el paraíso y la búsqueda de la luz y el amor.
En la muestra también pueden apreciarse frascos, botellas o muñecos que tienen alguna relación con la exposición y que, a su vez, “han tenido una vinculación vivencial conmigo y que para mí tienen un significado, pues no son sólo objetos”.
El artista adapta el paisaje histórico a sus propios propósitos, añadiendo como un aparato recurrente un andamiaje imaginario que sugiere que la pintura es una realidad construida, un juego de delicados balances, precario, en peligro de derrumbarse.
En general, sus cuadros hacen alusión a construcciones, fragmentos de ciudades, memorias, experiencias vividas, la imagen como medio expositivo de lo que la memoria almacena, aspectos cotidianos, personajes literarios, transportes, medios de comunicación, vivencias que lo llevan a plasmar diferentes afectos experimentados en cada una de sus piezas.
Nacido en 1963 y egresado de la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda del Instituto Nacional de Bellas Artes, el pintor explicó que presentarse en esa casa de estudios significa un acercamiento al público que siente más alejado como son los jóvenes, ya que “representa el contacto directo con un auditorio diferente”.
La pintura europea del siglo XIX y XX, el arte japonés, el cómic, las caricaturas y el erotismo de la cultura publicitaria contemporánea son algunas de las influencias de Jesús Lugo. En 2002 recibió el primer premio de la Bienal Rufino Tamayo en México y su obra ha sido exhibida, entre otros recintos, en el Museo de Arte Moderno en México y el Museo Arco en Madrid, España.
Con una personalidad contradictoria al mezclar lo popular con el gran arte, “el obrero de la pintura”, como él mismo se describe, expresó que a pesar de que se pueden encontrar otros creadores que han trabajado sobre el mismo tema, la mayoría resumen toda la obra de Alighieri en una sola imagen o cuadro, pero esa capacidad de síntesis le parece muy complicada ya que “hay mucho qué plasmar”.