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CDMX.- Tras las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador ayer sobre que persiste la intención de desintegrar al Estado Mayor Presidencial (EMP), al interior de este grupo castrense priva el nerviosismo y la incertidumbre, trascendió.
Elementos de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, así como de la Policía Federal comisionados al EMP han transmitido la inquietud existente en sus filas a partir de las declaraciones formuladas en ese sentido por López Obrador desde su campaña, así como su intención de limitar al mínimo su aparato de seguridad.
El actual jefe del EMP –con una buena parte de su trayectoria dentro de la institución–, el general de división Roberto Miranda Moreno, desde que comenzó la contienda electoral ha buscado públicamente resaltar la importancia, labores y logros de ese cuerpo castrense.
Apenas el pasado 22 de febrero y frente al presidente Enrique Peña Nieto, al celebrarse el Día del Estado Mayor Presidencial, resaltó: “desde el momento en que insurgentes y realistas se integraron en el Plan de Iguala para consumar la Independencia de México, la persona que la nación elige para dirigir los destinos de país ha requerido contar con un grupo especializado que lo auxilie en la obtención de información general, planifique sus actividades personales, propias del cargo, garantice su seguridad y lo auxilie en sus funciones constitucionales’’.
Y pedía entonces diálogo y conciliación para solucionar las inquietudes de quienes quieren denostar la dignidad de las instituciones de la República.
Sin embargo, para López Obrador, las funciones del EMP no son necesarias, pues ‘’quien lucha por la justicia no tiene nada qué temer; el que está rodeado de guardaespaldas es porque no tiene su conciencia tranquila. Sólo alguien que tiene miedo, porque hizo algo malo, necesita tanta escolta’’, según declaró en Veracruz el 24 de marzo del año pasado. Recientemente ha dicho que sus integrantes regresarán al órgano militar o policiaco del cual proceden.
Para el EMP, proteger al presidente es una responsabilidad de la más alta importancia para el país, pues implica el resguardo de la representación del Estado mexicano y de la República, por consiguiente de la estabilidad y de la seguridad nacionales.
Entre sus funciones tiene también la protección y cuidado de la familia presidencial, de los secretarios de Estado, de los más altos funcionarios y de los dignatarios extranjeros de visita en México.