CDMX.- Como lo anunciara tras resultar electo, Andrés Manuel López Obrador sostuvo una reunión con uno de sus otrora adversarios: José Antonio Meade.
Abriéndole las puertas de su casa, el virtual presidente electo sostuvo un encuentro privado con el candidato de la coalición «Todos por México» y ex titular de la Secretaría de Hacienda. De la reunión pocos detalles surgieron, abriendo paso a la especulación y la sospecha de que Meade Kuribreña pudiera haber salido del desayuno con una invitación a unirse al próximo gabinete.
Por ello, en la quinta entrega del AMLOVEmetrics, realizada por las empresas consultoras Opinión Pública, Marketing e Imagen y Social Research Solutions, partió de la formulación de la siguiente pregunta hipotética:
El 43.4 por ciento rechazó a Meade Kuribreña en el próximo equipo de gobierno, mientras que un 33 por ciento se manifestó por el sí. A un 13.7 por ciento le parece indiferente y un 9.9 por ciento dijo no saber. Se realizaron 500 encuestas telefónicas, con una selección aleatoria de entrevistados y con un margen de error estadístico de +/- 3.4%.
A diferencia de otros procesos electorales, López Obrador ha hecho algo que pocas veces se ve: conciliar con los otrora adversarios para mandar un mensaje de que las campañas han terminado. No obstante, para un 43.4 por ciento parece que es demasiado pronto una invitación a aquel que atacó al ingeniero Javier Jiménez Espriú, futuro titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; y a Nestora Salgado, senadora electa difamada durante el segundo debate organizado por el INE y a través de spots divulgados durante la campaña.
Las pasadas elecciones fueron contundentes en el repudio al PRI, muestra inequívoca de alejar al partido y sus simpatizantes para siempre del ejercicio público.