Octavio Fabela Ballinas
Tijuana.- Familias mexicanas y extranjeras ven pasar los días sobrellevando las jornadas apostadas en las banquetas que colindan el punto fronterizo Pedwest de San Ysidro en El Chaparral, mientras esperan poder acceder a una entrevista con el Servicio de Inmigración de los Estados Unidos para solicitar asilo político.
Niños. Muchos niños juegan en las banquetas o utilizando los barrotes de la reja como un pasamanos; algunos se ven durmiendo en el suelo, algo comprensible ya que para ellos el tiempo transcurre más lentamente y quizá algunos no entiendan completamente la situación que orilló a sus padres a huir de su lugar de origen.
Entre quienes esperan ser llamados para acceder a los Estados Unidos está un familia originaria de la Sierra de Guerrero. La jefa de familia es la señora Lupita N quien asegura huir de la violencia que se vive en aquel estado pues “no te puedes quedar allá, la gente está matando a sangre fría, ya es normal para todos».
Ella viaja con su esposo, un hijo de año y medio de edad, sus suegros y dos cuñados porque los delincuentes ya la tenían a la familia amenazada, ante esta situación dejó atrás casa y un pequeño negocio que servía de sustento para venir a Tijuana a donde llegó hace un mes y seis días con la esperanza de cruzar “al otro lado” y pedir asilo.
Debido a la saturación que existe en los albergues le ha sido difícil encontrar un refugio temporal “tuvimos que rentar una casa en Villas de Tijuana, porque los albergues de la ciudad no pudieron recibirnos y pagar un hotel sale muy caro» sin embargo acepta estos contratiempos pues “se debe tener paciencia, pues son muchas las historias de vida trágicas en busca de un futuro mejor”.
Dice estar agradecida con la gente de Tijuana porque “la gente es muy amable y reciben muy bien a los que llegamos de fuera”.
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