Posada migrante con “migras” de por medio

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Octavio Fabela Ballinas/EBC
TIJUANA.- Todo estaba listo para celebrar la vigésimo quinta edición de la Posada Migrante, evento con el que de manera simbólica activistas solicitan posada a los Estados Unidos, de la misma forma que hace 2 mil 18 años lo hicieran María y José en Jerusalén para que el Niño Dios tuviera un techo dónde nacer. Solo que esta vez, la tradicional letanía parecía no tener respuesta pues la Patrulla Fronteriza impidió el acceso al llamado Parque de la Amistad en Playas de Tijuana.
También en las bodas de plata de la Posada, pudo verse a familias completas, la mayoría, si no es que todas, centroamericanas buscando un resquicio en la valla fronteriza o un descuido de los agentes de la Border Patrol para internarse en suelo norteamericano y entregarse a las autoridades y así iniciar el trámite de asilo político.
Un matrimonio hondureño pedía el auxilio de un intérprete para preguntarle a un agente de la Patrulla Fronteriza “cómo le hago para que me arrestes, me quiero entregar”, ante la negativa del oficial federal repetía “si quieres yo me quedo, pero llévalos a ellos” mientras señalaba a sus dos pequeños y a su esposa.
Mientras del lado mexicano se escuchaban las notas del villancico “Noche de Paz”, otro grupo de migrantes exploraba el lugar, alguien les había dicho que se podían brincar la barda por Playas de Tijuana. Otro grupo se dirigía a la zona de acceso al fraccionamiento, en ese lugar por la mañana una familia logró su objetivo: cruzar y entregarse a “la migra”.
En la posada, el director de la Casa del Migrante, padre Pat Murphy estaba molesto por lo que sucedía en territorio norteamericano “hoy es el 25 aniversario de nuestra Posada y va a ser diferente porque no podemos estar en contacto con nuestros hermanos del otro lado; hace sólo dos días antes el permiso del lado americano estaba listo, pero de última hora no se permitió el acceso a los participantes”.
Tras la bendición del Arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno, se dio lectura a los nombres de los migrantes que murieron durante 2018 en su intento por cruzar a la Unión Americana, los presentes, unas doscientas personas gritaron “presente” para recordarlos. Después mientras el obispo de Chulavista elevó una oración del lado estadounidense, en México se guardó silencio.
Llegó el momento de pedir posada y pese a que las notas del mariachi sonaron fuerte, parecía que no había respuesta: “En nombre del cielo os pido posada”… y silencio, que se hizo más pesado luego de que en la última estrofa cuando esperaban la tradicional respuesta “entren santos peregrinos”… el silencio fue total.

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