El presidente no miente

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El presidente no miente

Por Francisco Ruiz

Joseph Goebbels fue un político alemán que encabezó el Ministerio del Tercer Reich para la Ilustración Pública y Propaganda, entre 1933 y 1945. Fue un diestro orador, consumado antisemita y escritor frustrado, quien, al igual que Adolf Hitler, sentía una gran pasión por el arte, lo cual provocó su interés por convertirse en ministro de Cultura; sin embargo, su experiencia en estrategia propagandística -habilidad que desarrolló en la década de 1920-, fue aprovechada para el posicionamiento del Partido Nazi. Así, Goebbels fue el principal artífice del ascenso rojinegro y se convirtió en uno de los colaboradores más leales al “Führer”.

Como ministro, Goebbels impulsó una serie de postulados conocidos como “Los 11 Principios de la Propaganda Nazi”: Simplificación y enemigo único, Método de contagio, Transposición, Exageración y desfiguración, Vulgarización, Orquestación, Renovación, Verosimilitud, Transfusión, y Unanimidad. Resultaron tan efectivos, que a la fecha es materia de estudio. También conocido como el “Manual de Goebbels”, dicho texto podría sintetizarse en la mítica frase: “Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en realidad”.

Mis alumnos han cuestionado el motivo de mis críticas hacia el proyecto del presidente López. La realidad es que los datos en materia de comercio internacional validados por instituciones nacionales e internacionales, no lo defienden, por lo tanto, sumarme a un proyecto que lleva en declive nuestra economía, sería incongruente.

Sin embargo, debo reconocer que la labor del presidente en el área de comunicación social tiene gran valía, pues sostengo que la intención del gobierno federal es, como dijo Goebbels, repetir durante mil conferencias matutinas -que se extenderán casi cuatro años-, que México es mejor gracias a la #4T. Por ello, debo reconocer que las “mañaneras” son una herramienta de distracción y dogmatización, realmente efectivas.

El morbo de las noticias es directamente proporcional a la intensidad del tropiezo del Gobierno de México. Aclaro que no es sarcasmo, pues la estrategia de comunicación de AMLO es muy buena…para sus propósitos. Vale reconocer que superó al plan de difusión del expresidente Peña Nieto, aunque dada la ineficiencia de su equipo, no hay mucho que superar.

Alejandro Aguilar Miranda, profesor e investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México, asegura que la “comunicación es uno de esos términos recurrentes que pierden sentido con la cotidianidad, pero su descuido cobra un precio atrofiando el tejido social”, y estoy absolutamente de acuerdo. Por su parte, el presidente del Instituto Nacional de Administración Pública, Carlos Reta Martínez, menciona que los gobiernos “se comunican para gestionar, acordar, discutir, coordinar, negociar y consensar”, yo agregaría que su dicho se trata del ideal teórico porque desafortunadamente, y a pesar de haberse intensificado a partir de los años 70, las estrategias de comunicación continúan siendo unidireccionales; aun, con el desarrollo de las “benditas” redes sociales, los canales oficiales siguen siendo estrechos de criterio, nulos en tolerancia y bastos en demagogia.

Es preciso mencionar que, en estricto apego a su definición, el vocero de la #4T no miente al pregonar una utopía, pero sí engaña, primero a sí mismo, después a la gente.

Post Scriptum“Bien analizada, la libertad política es una fábula imaginada por los gobiernos para adormecer a sus gobernados”, Napoleón I, Bonaparte.

* El autor es analista político, catedrático y escritor.

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