María Reyna cautivó con su voz al público tijuanense en el CECUT
La soprano oaxaqueña recibió prolongada ovación tras finalizar su concierto Ópera Mixe en la Sala de Espectáculos, en el que cantó en náhuatl, zapoteco, maya y español.
TIJUANA.- Con armoniosa combinación de música popular mexicana y canciones tradicionales de su tierra, con aires de jazz y escalas de ópera, la soprano oaxaqueña María Reyna cautivó con su voz al público que se dio cita en el concierto Ópera Mixe, este sábado 28 de septiembre, en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura.
La intérprete emocionó a tal grado con su canto, que de inmediato se ganó la admiración de los asistentes, quienes le tributaron una ovación de varios minutos al final del concierto, que debió prolongarlo ante los repetidos aplausos de los espectadores.
María Reyna subió al escenario portando un vestido tradicional oaxaqueño para interpretar arreglos musicales en su idioma natal, la lengua mixe, al igual que en náhuatl, mixteco, maya y español, acompañada por su banda comandada por el director musical y artístico del espectáculo, Joaquín Garzón, autor también de los arreglos que interpreta la vocalista.
Ante una audiencia que agotó tres cuartas partes de las localidades de la Sala de Espectáculos del CECUT, la soprano oaxaqueña comenzó su recital interpretando “Orgullosa soy raíz”, que da título a su primer disco, en la que se declara “digna hija del maíz” y esa temprana adhesión a sus tradiciones marcó el tono del resto del concierto.
A poco de comenzar, la cantante solicitó un minuto de aplausos a la memoria de José José, cuya muerte se registró horas antes de su concierto, petición que el público respaldó con cerrada ovación al intérprete de “El triste” y “La nave del olvido”, entre muchísimos éxitos más.
María Reyna González López nació en Santa María Tlahuitoltepec, comunidad indígena localizada en la sierra Mixe de Oaxaca, donde comenzó a cantar desde que era niña. A los 15 años salió de su pueblo con rumbo a Guadalajara, Jalisco, en donde conoció al maestro Garzón, quien la adoptó como alumna y la ha conducido en el mundo del canto, a partir del interés y vocación de la joven solista.
Según reveló, Garzón le aconsejó cantar en su lengua materna para encontrar un estilo diferente y ofrecer algo de su cultura tradicional para que el público la pudiera valorar y ¡vaya que lo consiguió esa noche en el CECUT!
La joven artista interpretó un ramillete selecto del cancionero popular mexicano y piezas de la tradición musical de Oaxaca, como “La llorona”, “El feo”, “Canción mixteca”, entonada en lengua indígena y español, y piezas de ilustres compositores oaxaqueños como Palemón Vargas, Álvaro Carrillo, de quien cantó “Sabor a mí”, y Macedonio Alcalá, con su versión del inmortal vals “Dios nunca muere”, luego de que el público insistiera, mediante atronadores aplausos, que siguiera cantando. Antes, había interpretado una dulce canción maya en la que lució una vez más su educada voz, en la que se advierten años de estudio y perfeccionamiento, con modulaciones propias de la ópera.
Acompañada por una banda más próxima al jazz que a la música clásica, compuesta por piano y guitarra acústica, al mando del maestro Joaquín Garzón, JJ en el sax y clarinete, Carlos Bazán en el contrabajo, Rodrigo Garzón en los teclados y Jorge Galindo en las percusiones, María Reyna lució su bien modulada voz, que exhibe, como cualidades sobresalientes, claridad, potencia y notable plasticidad.
Según narró la soprano oaxaqueña, la idea de la Ópera Mixe surgió a partir de un video que difundió en 2012 en redes sociales en el que canta una delicada melodía dedicada a su madre, el cual recibió miles de visitas en poco tiempo.
“Joaquín (Garzón) me dijo: Cántale al universo, canta algo en tu lengua. Así fue como comenzó todo y realmente no supimos en ese momento hasta dónde llegaríamos; ahora estamos en Tijuana, y creo que es el resultado de hacerlo con el corazón y es algo que le agradeceré siempre a mi madre, la persona más importante en mi vida”, declaró María Reyna, poco antes de ofrecerle una canción en lengua mixe.
Tras concluir su recital, la soprano oaxaqueña se dio tiempo para firmar discos y tomarse fotos con multitud de espectadores que se negaban a retirarse sin conseguir un souvenir de la cantante, quien coronó con éxito rotundo su primera presentación en Tijuana.