Antonio Heras
MEXICALI.- José Miguel salió de su casa a entregar una bicicleta pero ya no regresó.
Es menor de edad, tiene apenas 17 años, trabaja en el fraccionamiento los Laureles de San Martín de Tijuana donde reside desde que llegó de Michoacán, su estado natal.
Eso fue durante la tarde del 7 de enero de 2020, alrededor de las seis de la tarde, hace 45 días, narra su hermana Mónica Jazmín Martínez Villanueva, originaria de Michoacán, quien presentó una denuncia ante la Unidad de Investigación de Búsqueda de Personas no Localizadas, de acuerdo al reporte del acta circunstanciada 38/20.
Pasó un día, dos, sin saber nada de su hermano por lo que decidió ir a la Fiscalía General del Estado para poner una denuncia. Se emitió una “prealerta Ámber” y se designó a un agente ministerial que aparece ocasionalmente solo para echarle piropos. “La policía no ayuda mucho”, comentó.
Al otro día recibió una llamada de una mujer, quien le dijo que José Miguel había salido con su hijo Óscar Arvizu Estrada, de 25 años de edad. Ella empezó a indagar y se enteró que en la casa de la vecina estaban algunas de las pertenencias de su hermano: una mochila, su teléfono celular y documentos de Mónica.
Luego de presentar la denuncia, otra llamada la puso en alerta. Era la misma mujer Martha Liliana Estrada, identificada en los mensajes de texto como la mamá de “El Negro”, para pedirle 9 mil pesos para que su hermano regresara sano y salvo.
Para lo cual, ella debía subir al cerro contiguo del fraccionamiento durante la noche siguiente. Allí entregaría el dinero y encontraría el dinero. Los vecinos le advirtieron que era muy peligroso el lugar y optó por permanecer en su casa.
De nuevo el celular, aunque en mensajes. El miércoles 15 de marzo, a las 17:24 horas, llegaron los textos: “Espero y pague hoy el dinero como quedamos. Esté pendiente de la llamada”. Diez minutos después otro mensaje de texto: “Mira creo que no te importa tu hermano, verdad. Ni modos entonces”. Tres horas después, a las 20:16, la advertencia: “Oiga usted piensa que esto es un juego, ¿verdad, muchacha?. Solo le diré una cosa, tu hermano piensa cuánto está sufriendo su mamá por él. ¿Quieres a tu hermano bien, si o no?”
Mónica respondió que por supuesto que le interesaba su hermano pero ella no le contestaba ni regresaba las llamadas que le hacía. En su registro telefónico hay más de 30 llamadas de ese día.
El día que desapareció, José Miguel vestía pantalón azul oscuro, camisa y sudadera negra, señala su hermana quien asegura que no descansará hasta encontrar con vida a su hermano.
Mónica dio a conocer que de la Fiscalía cambiaron al agente por estar fuera de procedimiento y le pidieron tiepo para reorintar la averigucación.
“Lo único que me importa es encontrar a mi hermano”, comenta esta mujer que reside en Tijuana y que reitera que la vecina la amenaza y le ha pedido dinero para entregarle a José Miguel.