TIJUANA.- La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD por sus siglas en inglés) coordinó junto con diferentes Comisiones de las Naciones Unidas un estudio sobre el impacto del COVID-19 en el comercio electrónico en varias regiones del mundo.
Dicho estudio fue con el objetivo de evaluar qué barreras comerciales y económicas enfrentan los países y las empresas al intentar aprovechar las soluciones digitales, qué respuestas políticas se han tomado y cómo se puede mejor el apoyo global a aquellos países que están menos preparados para gestionar la transformación digital.
El Presidente de TLC Asociados, Octavio de la Torre de Steffano, informó que de acuerdo con esa investigación, algo que la pandemia nos ha mostrado es que las soluciones digitales son cada vez más necesarias para continuar algunas actividades económicas y sociales de forma remota.
Destacó que estas herramientas han sido fundamentales para la telemedicina, el teletrabajo, la educación en línea y sobre todo para mantener vivos nuestros lazos sociales en tiempos de distanciamiento físico.
Recordó que la última década ha sido testigo de una transición acelerada hacia una economía digital en el que las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) cada vez tienen mayor participación en la producción, el consumo y en el intercambio de bienes y servicios.
Los servicios digitales han aumentado su participación en las exportaciones totales de servicios del 45% al 52% entre 2005 y 2019. Esta transición se ha distribuido de manera desigual, de forma más rápida en los países desarrollados y de altos ingresos que en otros lugares, señala el estudio.
En ese sentido, Octavio de la Torre afirmó que Naciones Unidas y muchos gobiernos se han pronunciado por que la recuperación de la pandemia vaya más allá de la restauración del statu quo antes de la crisis.
La proporción de personas en todo el mundo que participan con Internet se estima que ha pasado de 29.3% en 2010 a 53.6% en 2019. Global Tráfico de Protocolo de Internet (IP), un proxy para los flujos de datos, creció de unos 100 gigabytes por segundo en 2002 a unos 88,000 gigabytes por segundo a principios de 2020.
Los comentarios están cerrados.