Lindero Norte, la columna.
Antonio Heras
Le dicen el Mano Santa
Aunque su fama lo arrastra hacia una práctica de campañas negras y guerra sucia en columnas firmadas con seudónimo.
Aún se le recuerda sus triquiñuelas en el periódico Cambio y también en su paso por el servicio público cobijado por Morena.
Se trata de Víctor Hernández, cuyo nombramiento en la Secretaría de Salud pinta de cuerpo entero las limitaciones del gobernador Jaime Bonilla.
Otra designación que acentúa la vocación de Bonilla es el de Julio Rodríguez en la Secretaría de Educación.
Cosas veredes.
Hernández es un reportero que se significó por hacer periodismo cortesano, justo el que le gusta a Bonilla Valdez.
Hacedor de guerra sucia, este reportero gusta de hacer campañas de desprestigio de quienes considera son sus enemigos por el simple hecho de publicar información crítica de sus intereses y de sus jefes.
A esta edad es imposible engañar o engañarnos.
Se mimetizó con el secretario Alonso Pérez Rico en la creencia que el nombramiento los hace «expertos» por el simple hecho de dedicarse a leer estadísticas y pensar que el ladrillo de la burocracia esconde la estulticia.
Bonilla decidió acudir a los sótanos del periodismo para formar su equipo de comunicación social y asesores mediáticos, aunque algunos dicen deberle su empleo al «gobernador nacionalista» como vanaglorian a Xicotencatl Leyva Mortera y no al nacido en la colonia Libertad.
Los comentarios están cerrados.