Bonilla, no pudo

Lindero Norte, la columna
Antonio Heras

No pudo.
Jaime Bonilla no pudo con el paquete de gobernar Baja California
No quiso o no supo.
Para el caso es lo mismo,
Todo un fracaso
El aprendizaje político del empresario tijuanense simplemente le costó a los bajacalifornianos.
Y mucho.
Salió igual o peor que Kiko Vega.
Endeudó al estado.
Su inacción incrementó la violencia y la inseguridad.
Un fracaso, sí, porque inició con un fraude constitucional al querer ampliar su mandato con los principios de la Ley de Herodes y concluirá envuelto en acciones de inconstitucionalidad y controversias ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Otro fraude a la Constitución.
Todo un caso, sin duda.
Bonilla en su laberinto egocéntrico.
Empresario de medios que centro su negocio en lo que no se publica y esa métrica la considera como una regla en todos los medios de con ubicación y periodistas.
Muestra de su egocentrismo, «el Estado soy yo», es haber destinado más de 50 millones a su imagen personal y a calibrar el periodismo cortesano para su regocijo y para emprender campañas de desprestigio al periodismo crítico.
La soberbia, de un aprendiz de político.

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