Por Beatriz Aguilar Alejandrez
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Las acciones que realizamos a diario van dejando un rastro de nosotros, lo mismo sucede en un acto delictivo, el delincuente dejara indicios y evidencias, las cuales permitirán en algunos casos resolver un hecho criminal, muchas de estas evidencias podían ser analizadas y recolectar pruebas genéticas. En los inicios de la identificación humana los procesos que se llevaban a cabo eran con el uso de parámetros morfológicos clásicos provenientes de los antígenos eritrocitarios del sistema RH, si estos contenían antígenos sería positivo, si había ausencia de estos sería negativo de igual forma se revisaba el grupo sanguíneo A,B y O.
En los 80’ el Dr. Alec Jeffreys logro una identificación mediante el ADN y obtener un patrón en forma de bandas, parecido al código de barras al que denomino huella genética, ya que teóricamente es único e irrepetible, para el proceso se utilizaron múltiples sondas para detectar las diversas secuencias del genoma, en sus inicios se requería una gran cantidad de muestras biológicas para poder obtener ADN de alto peso molecular, siendo en ocasiones imposible.
El desarrollo surgió en 1983 cuando Kary Banks Mullis que descubrió la reacción en cadena de la polimerasa o PCR, esta, es una técnica de biología molecular, la cual permite obtener un gran número de copias de una mínima muestra de ADN, gracias a esto no tan solo permite identificar a individuos en el ámbito forense, sino que también detecta enfermedades infecciosas, diagnóstico de trastornos hereditarios o llevar a cabo experimentos científicos.
En los 90’ se llevaron a cabo avances importantes donde diversas agencias de justicia, así como empresas privadas validaron marcadores útiles, en noviembre de 1997 el FBI selecciono 13 STRS, que son las repeticiones cortas de ADN, realizándose una secuencia de los denominados microsatélites, estas variaciones crean diferentes alelos que hacen única esa muestra. Esta información genética se almaceno en archivos electrónicos, creando perfiles, las muestras biológicas de las que se podía obtener esta información eran: sangre, saliva, elementos pilosos, semen, restos óseos, entre otros, que se encuentren relacionados con una investigación criminal.
En México existe el Sistema de Índice Nacional de ADN, el cual está considerado como parte de CODIS, dentro del banco de datos se manejan dos índices de organización que serían: Índice de Condenados, donde se almacenan los perfiles de ADN de las personas que ya fueron condenadas por ciertos delitos, cabe aclarar que cada estado tiene leyes que especifican que características delictivas debe tener la persona para ser añadida a esta base de datos; también esta el Índice Forense, este contiene los perfiles de ADN de muestras que fueron encontradas en el lugar donde se llevo a cabo un hecho delictivo.
Cuando se tiene una muestra biológica, esta es ingresada al sistema CODIS, realizando la búsqueda en ambos índices, revisar si hay compatibilidad con el índice forense, en este caso nos mostraría que esa persona ha participado en otros delitos o bien que sea compatible con el índice de condenados, pudiendo conocer así la identidad del sospechoso. El software de CODIS arrojara su resultado como un ACIERTO o compatibilidad, dándole seguimiento el personal del laboratorio para el análisis más exhaustivo de la muestra para validar o refutar la coincidencia, medida de precaución para asegurar fiabilidad del resultado.
En algunas ocasiones el perfil de ADN encontrado en el escenario de un crimen es una mezcla del ADN de varias personas por lo que el especialista deberá comparar dichos perfiles, también puede ser que la compatibilidad del perfil localizado será de un porcentaje alto evidenciando que sea un familiar cercano del sospechoso. A nivel mundial la criminalística hay incorporado avances tecnológicos que han permitido hacer más ágil su labor.
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