CONSEJOS PRÁCTICOS PARA EDUCAR A NUESTROS PERROS
Por: Dra. Claudia Edwards, directora de programas,
Humane Society International México
Datos del INEGI indican que aproximadamente 57 de cada 100 hogares mexicanos tienen un animal de compañía y que los perros son los favoritos porque representan el 85% de los animales de compañía, es decir, alrededor de 19 millones, esto quizá por considerarlos “el mejor amigo del hombre”.
No se sabe con exactitud por qué son los favoritos, lo cierto es que son sumamente inteligentes, tanto que las personas en general pensamos que cuando hablamos con ellos nos entienden perfectamente, conocen el significado de cada palabra que pronunciamos y que cuando los estamos educando o explicándoles qué es lo que no nos gusta, ellos lo saben perfecto.
Por ello te dejamos algunos consejos esperando te ayuden en la educación de tu amiguito para tener una convivencia armónica con él:
QUÉ HACER:
Gastar su energía física:
- Con ejercicio aeróbico, correr y saltar.
- Jugar. Puedes lanzarle un platillo volador o una pelota y regresarla. También jugar futbol. Cualquier juego que requiera de un gasto grande de energía será de utilidad para lograr este objetivo.
Crear rutinas: Esto es para que el animal tenga una estructura de vida muy confiable y predecible. Aunque para la mayoría de las personas esto puede ser sumamente aburrido, a los animales les da un marco de seguridad.
Entrenamiento de obediencia: La obediencia es una herramienta útil para controlar al perro. Se siente más seguro cuando tiene normas de convivencia claras y sabe qué esperar. El método de entrenamiento debe ser por medio de reforzamiento positivo y de preferencia nunca con castigos físicos. Debe realizarse por todos los integrantes del grupo familiar con quien el perro convive cotidianamente.
Enseñar lo que está bien: Se deben recompensar las “buenas” acciones del perro justo en el momento en que suceden y hacer énfasis en que eso está bien y que son conductas que queremos repita.
Enseñar lo que está mal: Se puede hacer por medio de regaños a través de un tono de voz firme y ecuánime sin gritar ni amenazar. Un “NO” en el momento en qué el perro está haciendo la conducta que queremos cambiar es de mucha utilidad, si a esto le sumamos un “MUY BIEN” en la conducta alterna que es deseable para nosotros, el perro entenderá claramente que sí y que no hacer.
Consistencia: Las acciones permitidas se deben “permitir siempre” y las acciones que no “nunca se deben permitir”. Por ejemplo, si dejamos al perro subir a la cama o morder los zapatos, debemos hacerlo siempre. Si no es así y lo regañas, el perro puede entrar en estados de ansiedad porque no es capaz de entender por qué le estás gritando o regañando.
Socializar: El periodo de socialización en los perros va de la tercera a la décimo segunda semana de edad. Aquí aprenderán a reconocer a las especies amigas, los objetos y sucesos comunes en su vida cotidiana. Debe convivir de una manera agradable para socializar con niños, mujeres, hombres, ancianos, personas con barba, sin ella, uniformadas, con gorras, con mochilas, con bastones, otros perros, gatos, etc.
Entrenamiento de baño: Sin llegar a los regaños o gritos, debe ser constante y de forma disciplinaria si
ha orinado o defecado fuera del lugar indicado. La única forma en que las correcciones funcionen es si “cachamos” al cachorrito cuando está buscando algún lugar para evacuar, en ese momento le debemos decir NO, ir hacia él, llevarlo al área que ha sido asignada como baño y premiarlo si lo hace en el lugar adecuado.
LO QUE NO SE DEBE HACER:
No estimules la conducta agresiva: Jugar “luchitas” o muy bruscamente puede generar que el perro se vuelva dominante y podría pasar a morder de la “nada” algún día. No ignores cualquier señal de agresividad y acude con un médico veterinario especialista en conducta.
Castigar a destiempo: Esto solo puede confundir al perro y hacer que tenga miedo. Muchas veces pasa que la gente cree que el perro “sabe” que hizo mal porque al llegar a casa se esconde si hay alguna “travesura”, sin embargo, NO lo sabe. Si lo supiera, no lo repetiría. Para él solo ha sido un “juego o travesura”. Si no se ve al perro en flagrancia, no debe ser castigado.
Son muchas las consideraciones que debemos tener presentes al momento de educar a nuestros perritos. La constancia y la paciencia permitirán tener buenos resultados y una convivencia idónea con ellos.
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