COLUMNA DE OPINIÓN
La muerte toca de nuevo a casa: Otro periodista más asesinado
Por Manuel Rosales Padilla
Uno más. Y ésta vez fue otra vez en Sinaloa. Nueve en ¿cuatro, cinco meses..? En Baja California el tema es muy sensible, pues ninguna entidad ha sufrido más en carne propia el artero asesinato de algunos de sus periodistas. Lo hemos visto, lo hemos vivido y lo hemos, también y por supuesto, sufrido, pues algunos de ellos eran nuestros amigos.
Ésta vez le tocó a alguien, que según sus propias palabras de hace tiempo, ya lo presentía, cuando declaró una vez que tenía todas las características para ser el próximo asesinado. Y así fue. El columnista de El Debate, Luis Enrique Ramírez fue asesinado a golpes por manos criminales y su cuerpo fue encontrado envuelto en plástico sobre la carretera, a la altura de un ejido al sur de Culiacán.
La macabra, indolente, estúpida e indeseable pregunta: ¿Quién más, dónde y en cuánto tiempo le acecha la muerte..? Ésta, es una tonta pregunta incontestable, aunque eso sí… ya sabríamos por qué. Por ejercer el periodismo y decirles la verdad a quienes no la quieren escuchar, y lo peor, azuzados los ánimos hacia quienes se creen con el derecho de cegar la vida, como si de dioses se tratara, cuando la realidad es que no son mas que unos desgraciados asesinos.
Lo preocupante de este nuevo asesinato, es la correlativa cifra de que conforme se incrementan los homicidios dolosos, aumentan las muertes de periodistas a manos de cobardes asesinos sin escrúpulos. Nueve comunicadores en lo que va ni siquiera a la mitad del año, es una cifra muy elevada. Siendo drásticos, diríase que toca de a un asesinato por cada 15 días, aunque no hay ningún patrón que siga esta desafortunada ola. Este año huele a letalidad para el periodismo mexicano, porque está aumentando la muerte sin sentido de quienes informan, con el ingrediente de como desde hace años lo han venido haciendo. De manera cobarde e impune.
Según Artículo 19, han sido 153 periodistas los asesinados en el país desde el año 2000, de los cuales 141 son hombres y 12 mujeres, por motivos asociados a su labor informativa, y este año, alrededor de uno de cada 4 periodistas asesinados en el mundo, fue mexicano, y lo más lamentable es que la estadística de lo que va de este año, ya duplicó la del total en 2021 y en años anteriores. Ojalá fuera ficción, pero no es así. La cifra de los comunicadores asesinados, va en aumento, quizá debido al clima de intolerancia prevaleciente o por lo que fuere, pero la cifra está ahí. No miente, aunque quisiéramos que fuera un cuento.
En Ucrania, con una guerra que se libra en su propio país, el número de personas ligadas a la información que han sido muertas, sobrepasa la veintena; en México, sin esa guerra, ya han sido nueve en lo que va del año, lo que lo sitúa entre los tres países en el mundo con más peligrosidad para ejercer la profesión de periodista. Tan solo a mediados del mes de marzo en que se había elevado el asesinato de periodistas a siete, con la muerte del michoacano Armando Linares, el número igualó al registrado en todo 2021.
Y es que al parecer, los tres principales temas en los que se ha destacado la cobertura de los periodistas asesinados, han sido la inseguridad y el narcotráfico, en primer lugar; la política, en segundo y la nota roja en tercer lugar; sin embargo, no han sido la exclusividad estos temas, porque, aunque en menor proporción, también sobresalen derechos humanos… y hasta cultura, deportes y sociales. Parece que la muerte ya no hace distingos. Son periodistas.
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