TIJUANA.- Baja California necesita impulsar, detonar, echar a andar los sistemas de las Áreas Naturales Protegidas (ANP). José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental, (CIGA), explicó que la entidad ofrece varios espacios incluso con estudios a profundidad que pueden ser designados por las autoridades estatales para que, en conjunto con académicos, el sector empresarial y la sociedad en general se encarguen de rescatar, mantener y proteger.
El experto en materia ambiental refirió que actualmente en el estado existen áreas naturales protegidas a cargo de la federación, tal como el caso de la Sierra de San Pedro Mártir, sin embargo, el gobierno estatal debe hacer valer la ley y resguardar áreas como ha sucedido con la Bahía de San Quintín.
Una parte de la Bahía de San Quintín tiene la categoría de Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC), si bien, esta denominación es de carácter federal, la reserva se encuentra en tierra estatal por lo que el gobierno de Baja California se encarga de su resguardo. Con una extensión de aproximadamente 200 hectáreas, la zona cuenta con las características para crecer y convertirse en un área protegida de mayor proporción.
El Arroyo de San Miguel, en Ensenada es otro parque natural declarado ANP, el trabajo de investigación y resguardo son producto de las acciones emprendidas por organizaciones civiles de Ensenada y PRONATURA.
Zavala Álvarez destacó que existen otros puntos que tienen una importante riqueza en su flora y fauna que merecen considerarse para la declaratoria de ANP. Entre ellos señaló a La Lagunita y Punta Banda, en Ensenada, en los cuales la Asociación Civil Pro Esteros ha encabezado por muchos años la investigación del área; el cauce del Río Colorado cuenta con polígonos como Miguel Alemán, Chausse, Laguna Grande y el Delta que ya han sido estudiados a profundidad por organizaciones de la Sociedad Civil tales; Mexicali tiene el Complejo Lagunar que está integrado por la Laguna Xochimilco, la Laguna Campestre y la Laguna México.
Algunos otros lugares que también cuentan con un importante valor ecológico, aunque carecen de estudios al respecto, son el área de La Misión, en Ensenada, La Falda de la Presa Abelardo L. Rodríguez, los últimos kilómetros del Arroyo Alamar e incluso tramos de la sierra de La Rumorosa.
El director del CIGA, reconoció que la dualidad de la administración del área protegida de la Sierra de San Pedro Mártir es un ejemplo de coordinación entre las autoridad federal y estatal ya que al igual que el Parque Nacional de Constitución, impulsan proyectos en conjunto, como el Observatorio de San Pedro Mártir o el proyecto internacional del Cóndor.
Por otra parte, José Carmelo Zavala Álvarez, resaltó la importancia que el Sistema de ANP esté conectado con el Programa de Parques Estatales Urbanos, porque estos corredores biológicos en conjunto pueden incluso fomentar el reúso del agua, hecho que beneficiaría a municipios como Tijuana.
“Dentro del modelo de Parques Urbanos Estatales no es necesario pensar en grandes extensiones. Los camellones, los “Parques de bolsillo” o “Parques lineales”, representan también beneficios que contribuyen a la mejora de la calidad de vida con la formación de corredores biológicos urbanos, ofreciendo espacio para la vida y desarrollo de aves e insectos, así como otras especies de la pequeña fauna. Aunado a esto abonan al combate de las islas de calor que se generan entre el concreto y pavimento de la ciudad” afirmó el especialista.
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