TIJUANA.- Los catalizadores, sistemas de purificación ubicados después del mofle de los vehículos a diésel y gasolina, son una parte obligatoria en la construcción de automóviles desde hace décadas. Estos dispositivos pueden disminuir hasta un 90% de los gases contaminantes emitidos.
Al respecto, José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), señaló que el aumento del robo de catalizadores ha generado preocupación por la calidad del aire y la dificultad de suministro de metales preciosos.
El experto ambiental señaló que los catalizadores contienen metales valiosos como rodio, paladio y platino, cuyos precios se han vuelto exorbitantes debido a la volatilidad de la cadena de suministro.
Puntualizó que el mercado negro de catalizadores ha experimentado un crecimiento exponencial, multiplicando por cientos los casos de robo, alcanzando hasta 200 mil unidades anuales, por lo que advirtió que estos robos tienen consecuencias locales y ambientales significativas.
En lugares como Baja California, donde no existe una verificación vehicular rigurosa, muchos propietarios de vehículos no reemplazan los catalizadores robados, lo que reduce la efectividad de la purificación de gases. Esto se suma a la falta de monitoreo y medición de gases contaminantes tóxicos, lo que impacta negativamente en la calidad del aire y la salud pública.
La creciente demanda de catalizadores, combinada con su difícil suministro, es una preocupación inminente para el futuro. A medida que se implementen programas de verificación vehicular más estrictos, se requerirán cientos de miles de catalizadores, lo que pondrá a prueba la capacidad de abastecimiento.
«El incremento del robo de catalizadores es alarmante, no solo por el impacto en la calidad del aire, sino también por la dificultad de garantizar el abastecimiento de metales preciosos necesarios para su fabricación», comentó.
El integrante del Grupo Lead por el Colegio de México destacó que el daño colateral en la salud pública debido a la exposición a gases contaminantes no purificados representa un riesgo para la población.
«El mercado negro de catalizadores afecta no solo a los propietarios de vehículos, sino también a la industria automotriz en general. Es necesario tomar medidas para combatir esta forma de delito organizado y proteger el medio ambiente».
Reiteró que, ante esta problemática, es urgente implementar medidas de seguridad más rigurosas, así como promover el reciclado responsable de catalizadores para reducir la demanda de metales preciosos y mitigar el impacto ambiental.
Finalmente, José Carmelo Zavala Álvarez subrayó que la cooperación entre autoridades, industria automotriz y sociedad civil es crucial pues, se debe enfrentar este desafío para preservar la calidad del aire que respiramos.
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