Siete años obligado a trabajar con el crimen organizado y logró escapar

Por Nómadas Press
TIJUANA.- Una problemática que es cada vez más constante en México y que lacera a la ciudadanía de forma compleja, de acuerdo con activistas, es la del reclutamiento forzado de jóvenes por parte del crimen organizado para trabajar con ellos bajo amenazas de asesinarlos a ellos y a sus familias.
El activista Albert Rivera Colón, director de Ágape Misión Mundial, contó en entrevista que son varios los casos de menores que lograron escapar de esta situación y que han llegado a Tijuana buscando el asilo y protección en Estados Unidos.
Sin embargo, reconoció que, por lo complejo de la situación, tanto las jóvenes víctimas y sus familiares no hablan de ello por el temor que traen a cuestas, lo cual hace difícil tener una estadística y lo hace ser “un fenómeno silencioso que está pasando por aquí y del que todo el mundo tiene miedo de hablar e investigar”.
Jorge (nombre ficticio usado por seguridad) compartió en entrevista que acababa de salir de la secundaria, apenas tenía 15 años, cuando en su pueblo, en el estado de Michoacán, regresando a su casa luego de haber estado en una fiesta con uno de sus amigos, fue levantado por un grupo de personas armadas.
Lo llevaron a un lugar en donde le dijeron que a partir de ese momento trabajaría para ellos o de lo contrario lo matarían a él y a toda su familia. Él tenía planes de continuar la Preparatoria y llegar a la Universidad para estudiar Criminología, pero ese día toda su vida cambió y, temiendo por su vida y la de su familia, no le quedó otra opción más que aceptar.
“Me levantaron hombres encapuchados y armados; me amenazaron tanto físicamente como verbalmente, y me dijeron que si yo no trabajaba para ellos iban a matarme a mí y a toda mi familia”, dijo.
Durante varios meses su madre no supo de él, hasta que le permitieron comunicarse con ella solo para decirle que «estaba bien», pero que no fuera a hacer nada y se mantuviera callada.
Jorge pasó así, obligado a realizar «varias chambas», más de siete años: “Me pedían de todo, desde ser halcón, distribuidor de droga y en ocasiones pues igual también me tocaba a mí levantar a gente. Yo tenía un poco de conocimiento de lo que pasaba en el pueblo y los alrededores con los jóvenes, pero yo nunca me imaginé que me tocara a mí”.
Para Jorge los siete años que estuvo en esa situación “fue todo un tormento”, pues “mucho tiempo fue estar con un nerviosismo y una mente en blanco porque solo era acatar ordenes de lo que fuera y todas eran muy puntuales, siempre al mando del jefe de plaza”.
Durante todo el tiempo que Jorge estuvo en cautiverio, dice que nunca perdió la esperanza de un día poder escapar y, una ocasión, cuando en un enfrentamiento asesinaron al que era su jefe de plaza, pudo lograr escapar de ello y a escondidas logró salir también de su pueblo, junto con su familia.
“Ese tiempo hubo mucha traición y muchos contras, a causa de eso se dieron enfrentamientos y mataron al jefe de plaza, un tiempo buscaron a ver quién quedaría y quedó su hijo, pero en ese transcurso sufrí un accidente de moto y quedé inmovilizado por casi un año, de esa manera quitaron su atención en mí y así pude salir, a escondidas después con mi familia”, detalló.
Una de las cosas que el joven se dio cuenta sobre el reclutamiento es que “hay temporadas en las cuales como que ellos saben que hay una cierta edad de los jóvenes en la cual se convierten en objetivo fácil, porque son morros o mujeres que no están bien con sus familias o que tienen muchos problemas y se la pasan solos, son a los que fácilmente suelen reclutar”.
«Es algo muy feo, no es algo como lo pintan en las películas; lo que podría decirles a los jóvenes es que no se aparten tanto de sus familias, que realmente se apoyen el uno al otro porque, como me pasó a mí, le puede pasar a otros y esto realmente jode la vida de las personas. A mí lo único que me gustaría ahora es empezar de cero, que nos den el asilo y tener una nueva vida con mi familia y, si se me da la oportunidad, retomar mis estudios», dijo.
La madre de Jorge, compartió también en entrevista que lo que se vive en estos casos es algo que no le desearía a nadie, porque como madre “es una situación muy desesperante, muy dolorosa por no saber de tu hijo y estar con la angustia día a día; pasó tiempo para saber de él, yo pensé que ya me lo habían matado, pero le doy gracias a Dios que está aquí conmigo y que aunque fue muy difícil y en contra de la voluntad de él, quiero que salga adelante con nosotros y con su familia”.

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