ROSARITO.- La violencia en el noviazgo afecta silenciosamente a miles de jóvenes en todo el mundo, y muchas veces las mismas víctimas no se dan cuenta de lo que están viviendo. Este tipo de abuso no siempre se manifiesta en golpes, también puede ser emocional, psicológico, económico e incluso sexual, lo que lo convierte en un problema complejo y devastador.
En las relaciones donde hay violencia, los comportamientos controladores, la manipulación y el sometimiento son constantes. Pueden ser agresiones verbales, celos extremos, aislamiento de amigos y familiares, o abuso físico y sexual. Lorena Meléndez Yáñez, presidenta de la Fundación Manos Unidas por Baja California A.C., destacó que muchas víctimas no reconocen las primeras señales de abuso, porque pueden ser sutiles o presentarse de manera gradual. «La manipulación emocional hace que la víctima se sienta responsable del maltrato, dificultando su capacidad para salir de la relación».
Entre las señales más claras de abuso están el control excesivo y los celos desmedidos. «No es amor cuando una persona intenta controlar lo que su pareja puede hacer, con quién puede hablar o cómo debe vestirse», puntualizó Meléndez. Estos comportamientos, disfrazados muchas veces de preocupación por la fidelidad, buscan generar dependencia emocional y limitar la libertad de la víctima. Además, el agresor puede aislar a su pareja de su red de apoyo, como amigos y familiares, haciéndola vulnerable.
Las agresiones verbales y las amenazas también son formas de violencia, aunque a menudo se minimizan. Comentarios hirientes, humillaciones y amenazas —ya sean de daño físico o emocional— crean un ambiente de intimidación constante que deteriora la autoestima. «Si no se pone un alto, la situación puede escalar a agresiones físicas o sexuales, poniendo en riesgo la vida de la víctima», advirtió.
La violencia en el noviazgo tiene consecuencias profundas y devastadoras si no se aborda a tiempo. Según la presidenta de la Fundación, la víctima puede sufrir un grave deterioro emocional, desarrollando ansiedad, dependencia emocional y, en algunos casos, trastornos como el estrés postraumático, lo que afectará sus relaciones futuras. «Si la violencia no se detiene, tiende a escalar, volviéndose cada vez más peligrosa», subrayó Meléndez Yáñez.
Durante el seminario de prevención impartido en IBSM Preparatoria en Playas de Rosarito, se recalcó la importancia de saber reconocer las señales de una situación irregular. «Buscar apoyo de personas de confianza es fundamental», recomendó Meléndez. Amigos, familiares o profesionales pueden ofrecer una perspectiva objetiva y ayudar a la víctima a entender que siempre hay opciones.
La presidenta de la Fundación Manos Unidas por Baja California A.C., destacó la importancia de que los jóvenes aprendan a establecer límites claros y a buscar ayuda profesional cuando sea necesario. «Salir de una relación violenta es un proceso que muchas veces requiere apoyo especializado», mencionó, subrayando que también es vital contar con un plan de salida segura y recurrir a las autoridades si es necesario. En este sentido, recordó que se puede llamar a las líneas de emergencia 911 o 088 de la Guardia Nacional.
Al final, la violencia en el noviazgo es un problema que no debe tolerarse bajo ninguna circunstancia. Reconocer las señales de alerta, enfrentarlo y buscar ayuda es fundamental para romper el ciclo del abuso. «Una relación saludable se construye con respeto, confianza y equidad, y todos merecen vivir un amor libre de violencia», concluyó.
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