Antonio Heras
MECICALI.- La diputada Yohana Gilvaja se pronunció porque se reconsidere el cobro de peaje para circular en un carril confinado del Boulevard 2000 que une a Tijuana con Playas de Rosarito.
En tribuna, la legisladora del Partido del Trabajo propuso además realizar una consulta a la población sobre concesionar esa vialidad en atención a los principios de la Cuarta Transformación, al referise a primero los pobres.
El Congreso de Baja California acordó por mayoría exhortar al secretario de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Reordenamiento Territorial, Arturo Espinoza, a reconsiderar el cobro de cuotas por circular en el carril confinado del Boulevard 2000 y antes de concesionar esa vialidad hacer una consulta entre la población, toda vez que este siglo es el de la participación ciudadana.
La petista explicó que el secretario estatal anunció que la rehabilitación de esta obra importante para Baja California, en particular el municipio de Tijuana, se logrará al otorgar una concesión a una empresa privada que cobre peaje entre 40 a 55 pesos por vehículo.
En su gran mayoría, las familias de esa zona de Tijuana se ubican ligeramente arriba de la pobreza y en su movilidad hacia sus centros de trabajos usan vehículos de segunda mano traídos de los Estados Unidos.
El Boulevard 2000 es una vialidad primaria que se caracteriza por contar con un aforo de miles de vehículos en varios carriles por lo que al contar con un carril confinado se reduciría a una vialidad secundaria ya que los carriles libres de cobro concentrarían el grueso del tráfico vehicular.
En el aspecto económico, los usuarios que quisieran circular por una vía rápida, que ese fue el propósito de la construcción original, tendrían que hacer el desembolso de la tarifa y afectaría de manera significativa a las familias por destinar una parte importante de sus ingresos al uso de la carretera en sus desplazamientos.
El quehacer gubernamental pasó de meras acciones, planes y programas a sofisticadas políticas públicas bajo el axioma de que se consiguen mayores resultados al brindarse participación a los usuarios en la planeación, instrumentación, evaluación y retroalimentación.
De ahí la pertinencia de someter a consulta pública el otorgamiento de una concesión para rehabilitar el boulevard, de «preguntar a la gente, que es la que más sabe sobre sus demandas y necesidades, si ante la insuficiencia de recursos públicos para rehabilitar esa vialidad están de acuerdo en pagar una cuota, o plantear algún esquema para rescatar la carpeta de rodamiento con las entradas y salidas, así como cunetas y señalética adecuada.
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