Expediente Político
Por.- Alfredo Calva
Los intereses insanos de grupos al interior del gobierno del estado y de la iniciativa privada (Coparmex), han hecho del proceso de designación del Secretario Técnico del Comité Ciudadano del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA), un verdadero estercolero que solo está contribuyendo ala deformación en la imagen y credibilidad de quien resulte nominado.
El pasado mes de julio, con los tiempos ya vencidos como es costumbre en el congreso del estado, los diputados eligieron a los integrantes del Comité de Participación Ciudadano del SEA, quedando conformado por 22 personas, de las cuales 15 son ciudadanos y los restantes, funcionarios de los órdenes estatal y municipal.
Concluida ésta etapa, los miembros del comité entraron a la fase de buscar y designar a quien los liderará como Secretario Técnico del Comité Ciudadano del SEA, lo que finalmente colocó ante ellos a dos prospectos, Luís Ramón Irineo Romero y Jorge Sauceda Esquerra, y ahí empezó la degradación de un proceso que hasta ese momento había transcurrido de manera aceptable.
A Irineo Romero, de acuerdo a los señalamientos de algunos de los integrantes del Comité y funcionarios gubernamentales, lo impulsan los empresarios que se encuentran integrados a la Coparmex en el estado, quienes no han ocultado su deseo por imponer a quien consideran su representante, ya que es de todos conocido, que el cargo lo ambicionan porque los va a beneficiar en sus intereses particulares.
Y, los empresarios acusan, al protegido de algunos consejeros y funcionarios, a Sauceda Esquerra, mentir al Comité, ya que presentó documentación en la que afirma residir en Mexicali, cuando en realidad vive y su residencia se encuentra en la ciudad de Calexico, California, lo que rompe el principio de integridad que se garantiza por parte de los participantes al firmar un documento en el que se comprometen bajo protesta a decir verdad.
Las posturas de los grupos impulsores de Sauceda e Irineo, solo han conseguido que en tres sesiones no se hayan podido sacar los 17 votos que se requieren para que uno de ellos sea el que ocupe el cargo en juego, y consecuentemente, por las acusaciones y señalamientos lanzados entre ambos bandos, el proceso se ha degradado y deformado, lo que va en detrimento del principio fundamental del Sistema Estatal de Corrupción, la probidad de sus integrantes y sus procedimientos.
Ante está situación ya viciada, el congreso del estado a través de su mesa directiva debe de intervenir y anular el procedimiento y ordenar a los integrantes del Comité a de nueva cuenta convocar, depurar y seleccionar una terna de la que elijan al Secretario Ejecutivo.
Porqué solo hay que recordar la vieja conseja popular “Lo que mal empieza, mal acaba».
Y mientras tanto….
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