TIJUANA.- La calidad del aire en Baja California es un problema urgente que no puede solucionarse solo con alertas. Se necesita atención a las causas, medidas concretas y bien planeadas para reducir las emisiones contaminantes y proteger la salud de la población, afirmó la IQ. Jessica Castañeda Castillo, Asesora Técnica del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGAMX).
“Para diseñar políticas públicas efectivas, es clave actualizar el inventario de emisiones, ya que el actual utiliza datos de 2014. Solo con información precisa podremos enfrentar los retos de la contaminación de manera adecuada”, señaló Castañeda, egresada del Programa LEAD por El Colegio de México.
En ciudades como Tijuana y Mexicali, las alertas por mala calidad del aire son constantes, especialmente en invierno. Estas alertas se generan a partir de los datos de las estaciones de monitoreo, pero actualmente solo se miden dos de los contaminantes regulados, lo que deja fuera información importante.
“La red de monitoreo debería de estarnos dando datos de todos los contaminantes criterios que están normados. Entonces hay alertas por calidad del aire sí, solamente de los contaminantes que están siendo medidos, pero no del resto de los contaminantes criterio que están normados”
“Además, los inventarios de emisiones que sirven para identificar las fuentes de contaminación no se han actualizado en años. El primer inventario en Tijuana es de 1998, en el cual participe en la estimación de fuentes fijas, mientras que en Mexicali data de 1996. Estos documentos fueron la base para los primeros programas Proaire, diseñados para reducir la contaminación, pero ya no reflejan la realidad actual”
Jessica Castañeda destacó la urgencia de tomar medidas específicas para mejorar la calidad del aire en Baja California, comenzando con la actualización del inventario de emisiones, que permitiría identificar las actividades que generan más contaminación y definir estrategias para reducirlas.
Subrayó también la importancia de implementar un programa de verificación vehicular, que ya se contempla dentro del Proaire vigente, para disminuir las emisiones de los automóviles, ampliar la red de monitoreo para medir todos los contaminantes regulados y obtener un panorama más completo del problema, reorganizar las ciudades incorporando más áreas verdes, que actúan como barreras contra partículas contaminantes y capturan dióxido de carbono.
La ingeniera química, enfatizó la necesidad de regular las llamadas fuentes de área, como talleres, comercios y actividades domésticas, mediante políticas específicas que permitan controlar su impacto ambiental.
La especialista en temas ambientales señaló que la contaminación del aire no solo afecta el medio ambiente, también tiene consecuencias graves para la salud de las personas. Las partículas suspendidas y otros contaminantes pueden causar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, especialmente en niños, adultos mayores y personas con condiciones crónicas.
Además, el impacto ambiental de las emisiones afecta la calidad de vida de todos. Por ello, es necesario que gobierno, empresas y ciudadanos trabajen juntos para implementar soluciones sostenibles.
“Cada invierno enfrentamos las mismas alertas de calidad del aire. Esto no debería sorprendernos, sino motivarnos a tomar acciones concretas para reducir la contaminación”, enfatizó Castañeda.
La asesora técnica del CIGAMX, agregó que actualizar los inventarios de emisiones y aplicar políticas efectivas no solo mejorará la calidad del aire, también protegerá la salud y el bienestar de las familias en Baja California.
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