Las adicciones, especialmente el consumo de drogas, representan un desafío creciente a nivel global, por lo que, atendiendo la Estrategia Nacional de la prevención a las adicciones, se trabaja en el fortalecimiento de los valores universales y cívicos.
ROSARITO, BC.- La Fundación Manos Unidas por Rosarito A.C., que preside Lorena Meléndez Yáñez, considera de suma importancia fomentar la prevención en entornos escolares, lo que es clave para reducir el riesgo de consumo y sus consecuencias a largo plazo, desde una perspectiva de mayor comprensión y atención de los factores del entorno que influyen en el riesgo de consumo de sustancias.
La presidenta de la Fundación señaló que se trabaja de manera coordinada con la Delegación de la Secretaría de Educación de Baja California en Rosarito, a cargo del maestro Juan Carlos Huerta Ávila y la dirección de la Secundaria General 215 Forjadores de Playas de Rosarito, con el maestro Guadalupe Cota Martínez, con quienes se llevaron a cabo actividades de prevención a las adicciones con estudiantes, docentes y personal administrativo.
Lorena Meléndez explica que se ha asumido un papel clave en la prevención de adicciones en Baja California, promoviendo seminarios de seguridad y prevención en escuelas de la región.
“A través de estas iniciativas, la Fundación busca concienciar a los jóvenes sobre los riesgos del consumo de drogas, dotándolos de herramientas para resistir la presión social y tomar decisiones informadas que favorezcan su bienestar y desarrollo integral”, expresó Meléndez.
En coordinación con la Secretaría de educación en BC, se llevaron a cabo actividades de prevención a las adicciones con estudiantes, docentes y personal administrativo de la Secundaria General 215 en Playas de Rosarito.
“La adicción a las drogas es una enfermedad crónica del cerebro que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de sustancias, a pesar de sus efectos dañinos. Se desarrolla cuando el consumo altera los circuitos cerebrales del placer y la recompensa, generando dependencia y pérdida de control”.
“Las razones varían, pero en adolescentes suelen incluir la curiosidad, la presión social, la búsqueda de placer o la necesidad de evadir problemas emocionales. También pueden influir factores familiares y ambientales que fomentan la experimentación con sustancias”, explicó Meléndez Yáñez.
La presidenta de la Fundación, señaló que la adicción no afecta a todos de la misma manera. Factores genéticos, ambientales y personales juegan un papel crucial. Mientras algunos pueden consumir ocasionalmente sin desarrollar dependencia, otros son más vulnerables debido a su biología o entorno.
Agregó que hay factores ambientales aumentan el riesgo de adicción, por ejemplo, el entorno familiar, la violencia, la falta de supervisión parental, el acceso fácil a drogas y la normalización del consumo en la comunidad o en los medios de comunicación pueden incrementar la probabilidad de desarrollar una adicción.
Además, existen factores biológicos que aumentan el riesgo de adicción, como la predisposición genética, el desarrollo cerebral y la presencia de trastornos mentales como ansiedad o depresión, que pueden aumentar la vulnerabilidad a la adicción.
El cerebro adolescente, en particular, es más susceptible debido a que aún está en formación. “El abuso de drogas puede provocar problemas de salud física y mental, bajo rendimiento escolar, dificultades en las relaciones interpersonales, violencia y conductas delictivas. A largo plazo, puede derivar en enfermedades crónicas y marginación social”, enfatizó Meléndez Yáñez.
La presidenta de la Fundación Manos Unidas por Rosarito A.C., Lorena Meléndez, puntualizó que la adolescencia es una etapa de exploración y desarrollo, donde el cerebro aún se encuentra en proceso de maduración.
Es el periodo ideal para intervenir con educación y prevención, ya que las decisiones que se tomen en esta etapa pueden definir el futuro de los jóvenes. “Las adicciones afectan no solo al individuo, sino también a su familia y comunidad. Pueden generar desintegración familiar, pérdida de oportunidades laborales y académicas, así como un incremento en la violencia y criminalidad”.
“La adicción es tratable, pero requiere un enfoque integral que incluya terapia psicológica, apoyo familiar y comunitario, y en algunos casos, intervención médica. La prevención sigue siendo la mejor estrategia para evitar los daños asociados al consumo de drogas”, añadió.
Las instituciones educativas deben ser un pilar en la prevención de adicciones. Programas de educación sobre drogas, estrategias de fortalecimiento de habilidades socioemocionales y un ambiente escolar saludable pueden reducir significativamente el riesgo de consumo.
Es esencial la colaboración entre docentes, familias y autoridades para crear una cultura de prevención que proteja a los adolescentes de los peligros de las adicciones, por ello, la Fundación Manos Unidas por Rosarito AC, reafirma su compromiso con la seguridad y bienestar de las familias en la región, invitando a todos a sumarse a sus actividades de prevención y a utilizar la línea de emergencia 911 para reportar cualquier situación de riesgo y denuncia anónima al 089 y en Guardia Nacional 088.
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