Leyzaola espera que le autoricen vivir en cuartel militar

Antonio Heras

MEXICALI.- El director de Seguridad Pública de Mexicali, Julián Leyzaola, está en espera que la Secretaría de la Defensa Nacional (DEFENSA) le autorice a vivir en el cuartel militar de la calle 11 de la capital de Baja California.

En entrevista, Leyzaola Pérez dijo que por ser militar tiene esa opción en caso de requerirlo.

Se refirió a las amenazas que recibió al asumir el mando policiaco por lo que «sí solicitó y estamos en espera de la respuesta del Ejército».

Al día siguiente de su designación por parte del cabildo de Mexicali, en tres vialidades aparecieron tres mantas con leyendas de amenaza de muerte en su contra, adjudicadas al Cartel de Sinaloa.

Necesitaría tener escolta las 24 horas del día y no vale la pena pues es absorber a mucha gente de la operación y no vale la pena, advirtió al tiempo de señalar que es mejor tener un lugar seguro donde quedarse y así tenemos más gente en la calle.

Durante su gestión como director de la Policía y después como secretario de Seguridad Pública de Tijuana, de 2007 al 2010, vivió en el cuartel militar ante las amenazas de muerte de Teodoro García Simental, El Teo, quien operó el trasiego de droga para la Organización Arellano Félix y después para el Cártel de Sinaloa.

En octubre de 2010 se hizo un operativo en la zona este de Tijuana donde se logró la captura de una célula criminal, bajo las órdenes de El Teo, que planeaban un atentado contra Leyzaola Pérez. Entre el armamento confiscado se encontró un fusil barret, cuya capacidad de un solo disparo para destruir tanques y helicópteros.

En su gestión como secretario de Seguridad en Ciudad Juárez también vivió en el cuartel. El atentado que lo mantiene en silla de ruedas se produjo afuera de una casa de cambio a la que acudió con su esposa e hija.

En 2009 gestionó ante diputados federales por Baja California recursos para dotar a la policía de Tijuana de patrullas blindadas para protección de los agentes que enfrentaban a los grupos criminales en las calles. Sin embargo, su petición fue desoida.