TIJUANA.- A partir de este 27 de abril y a lo largo de tres meses, la obra más reciente del pintor tabasqueño radicado en Tijuana, Roberto Rosique, estará en exhibición en la Sala 3 del Centro Cultural Tijuana, en una muestra donde comulga lo abstracto y lo figurativo.
Se trata de la exposición titulada Sin interdiálogo: de lo figurativo a lo abstracto, integrada por aproximadamente 60 piezas, en lo que será la cuarta muestra del artista visual y médico oftalmólogo en ese recinto fronterizo.
“Esta exposición es un ejercicio de los últimos seis años de mi producción, es una propuesta en la que pongo a comulgar en la misma exposición la obra abstracta y la obra figurativa, cada una desde su propia perspectiva, porque de alguna manera es un trabajo que hago al mismo tiempo”.
En entrevista con la Secretaría de Cultura, Roberto Rosique detalló que en el ámbito figurativo, lo que ha distinguido su trabajo en Baja California ha sido el cuestionamiento social y el visibilizar el problema de los migrantes.
Sin embargo, aclaró que en los últimos años se ha dedicado a trabajar lo figurativo a partir de ilustraciones médicas de los siglos XVII y XVIII. “Me apropio de ellas y las utilizo como referente para poder hablar y hacer un discurso que tenga relación con el contexto actual de Tijuana”.
“Es una obra en la que ya no planteo el problema estrictamente de los indocumentados, pero sí quiero hablar del conflicto social que se genera y que continuamente vivimos, que tiene que ver con la violencia y con otros aspectos que nos distinguen como un norte conflictivo”, explicó.
En cuanto a la abstracción, la cual es silente, el espectador se va a extasiar simplemente por el juego de volúmenes, por el color y la forma, la del pintor propone lo contrario, ir más allá.
En su obra Roberto Rosique busca “permitirle a la abstracción convencional que comience a tener una narrativa, lo que agrego son elementos y objetos, y esto le permite al espectador crear sus propias narrativas frente a la obra”.
En Sin interdiálogo, si bien lo figurativo y lo abstracto están en un mismo espacio, las propuestas están separadas, primero con las piezas figurativas donde el cuerpo predomina como pretexto, que cierran con una serie de obras que, de acuerdo al pintor “están abriéndose a la abstracción, por lo que el trance es imperceptible”.
En esta muestra, Rosique rompe con las reglas establecidas, pues generalmente resulta inconcebible revolver “la abstracción con la figuración, mi cuestionamiento es por qué no transgredirlas, si yo produzco estas dos formas y son las que voy a mostrar”.
Entre las 60 piezas, precisó el pintor, también hay esculturas tridimensionales no convencionales, “son trabajos en madera a manera de estelas y de esos grandes documentos que se usaban en el pasado para transmitir los conocimientos, haciendo alusión a lo fronterizo”.
Esta será la cuarta ocasión que la obra de Rosique llega al CECUT, luego de que en 1989 presentó en este recinto su primera exposición Emigrarte, a la que siguieron las muestras Entre la necesidad y el escarnio, que hablaba de los indocumentados y que ha sido la más exitosa pues circuló por todo el mundo, y Rojo, integrada por objetos históricos pintados en dicho tono con esmalte.
Sin interdiálogo, señaló el pintor, es la exposición más amplia en la que muestra parte de su producción final y después de presentarse en el CECUT ya hay planes para exhibir parte de estas obras en San Diego, California.
Mientras tanto, Sin interdiálogo: de lo figurativo a lo abstracto será inaugurada este 27 de abril a las 19:00 horas, en la Sala 3 de El Cubo donde permanecerá hasta finales del próximo mes de julio.