CDMX.- El Estado debe regular las redes sociales y establecer normas mínimas para que los usuarios se defiendan ante abusos, consideró la doctora Perla Gómez Gallardo, investigadora de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En principio “estamos en contra de que se restrinja la libre difusión de ideas, imágenes y pensamientos” en dichos espacios, lo cual históricamente se ha considerado una forma de censura indirecta, pero “también hay casos que demuestran que debe haber consecuencias y formas de revisión del uso de estos instrumentos”.
Durante la conferencia Alcances de la libertad de expresión en redes sociales y el respeto al derecho de la propia imagen, realizada en esta casa de estudios, añadió que más allá de los usuarios comunes hay quienes “se benefician creando plataformas que no necesariamente tienen un interés público o social, además de que no establecen controles o manejan una autorregulación”.
Por lo que se requiere de un debate serio y que quienes están detrás de esos espacios sean revisados por el Estado para evitar daños o afectaciones a terceros, debido al anonimato de ciertas fuentes.
Hablar de normar redes implica entrar en una siguiente etapa, ya que “nunca se debe evitar que pasen las situaciones, porque eso sería censura previa”, pero “sí procurar que haya consecuencias y criterios claros respecto de qué puede o no pasar con el uso de plataformas” y qué se puede hacer cuando otras personas “de manera cobarde hacen un uso abusivo de su derecho para afectar a otros”.
La ex titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México dijo que “ningún derecho es absoluto y la libertad de expresión también tiene límites; en este caso no es restringirla a priori, sino generar consecuencias ante abusos”.
Se trata de “empezar a limitar excesos que sí dañan” ante la facilidad con que alguien se puede evadir, porque no hay una forma de acceder a un control directo de la autoridad para que pueda en su momento generar consecuencias a aquéllos que abusan de este derecho.
La académica del Departamento de Estudios Institucionales de la UAM señaló que en países como Estados Unidos y Gran Bretaña “ya se está haciendo una revisión de las propias plataformas y sus cláusulas”, pero no tiene que partir sólo de una autorregulación, sino que el Estado pueda verificar los contratos que se hacen hacia terceros.
Muchos contratos de adhesión –donde el usuario sólo dice sí o no, pero no puede negociar las cláusulas– sí deben ser verificados por el Estado sin que se convierta en tema de una censura, pero que haya cláusulas claras de consecuencias o acciones que puede hacer cualquier tercero cuando se le afecta.
El Estado “no puede estar ausente” y dejarlo todo a la autorregulación “porque sí hay personas que se han beneficiado y han afectado intereses públicos a niveles escandalosos, hasta de injerencia en temas de decisiones electorales”, por lo tanto “no se puede dejar pasar la oportunidad de poner límites y alcances a estas plataformas”.
El caso del periodista Ricardo Alemán y el retuit que dio a una imagen –en la que se menciona que “a John Lennon lo mató un fan, a Versace lo mató un fan, a Selena la mató una fan, a ver a qué horas chairos” a lo que el periodista agregó “les hablan!!”, dirigiéndose a los seguidores del candidato Andrés Manuel López Obrador– dijo que son dos palabras que resultaron muy caras al periodista, pues automáticamente perdió sus programas en Televisa y Canal 11.
Sin defender el tipo de periodismo que realiza el columnista de Milenio y aunque él mismo generó la polémica al hacer suyo ese tuit, se hizo un linchamiento mediático y como consecuencia ya perdió el empleo, sin haber tenido garantía de audiencia, derecho de réplica ni presunción de inocencia, por lo que consideró necesaria la pluralidad de la información “porque al rato nos van a decir quién sí y quién no puede hablar”, criticó.
Frente a estos casos “no estamos preparados” y aunque puede ser un personaje que no le agrade a una colectividad se debe tener cuidado “con qué queremos que le pase, no por su popularidad, sino por el derecho que le asista o no”, porque éste es ya un caso de linchamiento mediático y sí se están violando ciertos derechos”.