La industria de la construcción enfrentará una severa recesión este 2020: AMIC BC, AC
Con casi 50% de la obra pública federal realizada a través de la Sedena
TIJUANA.- «El industrial de la construcción se enfrenta a otro obstáculo, uno más de los naturales ya existentes en la competencia por la obra con el mismo gobierno que la otorga», mencionó el Ing. Víctor Escobar Sánchez, presidente de la asociación mexicana de ingenieros constructores de baja california (AMIC BC), AC.
Ante ello, manifestó que los industriales de la construcción se encuentran a la expectativa de las acciones que tomará el Gobierno estatal para reactivar el sector de la construcción, el cual es detonante para cualquier país en desarrollo.
El ingeniero apuntó que existe una reducción de inversión en infraestructura de casi 50%. «Aunado a la falta de certeza jurídica en los proyectos que pudieran realizarse de manera conjunta entre Gobierno y la IP; sigue existiendo mucha incertidumbre en cuanto a que se respeten las reglas del juego, esto genera un ambiente de desconfianza y falta de interés para invertir en nuestro país».
«Falta implementación de las APP para incentivar el crecimiento del país por falta de certeza jurídica para los inversionistas», recalcó el presidente de la AMIC BC, AC.
Se habla de un acuerdo nacional de inversión en infraestructura del sector privado para la realización de 147 magnos proyectos con un monto aproximado de 859 mil millones de pesos, indicó Escobar Sánchez. «Sin embargo, se necesita que para ello se cuente con reglas claras, jurídicas, fiscales, entre otras, que permitan que el inversionista privado vea con buenos ojos estos riesgos de inversión».
¿POR QUÉ LA SEDENA Y NO LOS INDUSTRIALES DE LA CONSTRUCCIÓN?
«En perspectiva, parece que se quisiera mermar al sector de la construcción, a la fortaleza económica que representa el crecimiento de cualquier país; de esta industria dependen más de 76 ramas de industriales que complementan este ciclo. El beneficio de la industria de la construcción llega al 75% de toda la actividad económica del país», opinó el ingeniero.
Asimismo, señaló que el profesional de la construcción se ha preparado para ello, tanto en educación como en el aspecto empresarial y de apoyo al país. «Los costos en materiales para hacer un metro cuadrado de losa de concreto, por poner un ejemplo, son los mismos para la Sedena que para el industrial de la construcción.
«¿Qué puede diferenciar esto? La experiencia en el sector, en la administración de la misma obra, que para eso el industrial ha aprendido demasiado, como ocurre con la Sedena en su función, la cual ha sido siempre la de velar por los intereses del país y pueblo mexicano», expresó.
Son cuatro mil civiles, recordó Víctor Escobar, en el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles (antes Santa Lucía) con un sueldo de tres mil 500 pesos semanales, por lo que a reflexión del presidente de la AMIC BC, habrá un incremento en la mano de obra y en el costo de la construcción, ya que el Gobierno federal busca llegar a 15 mil trabajadores en 19 frentes trabajando solo en esa obra.
«¿Qué tanto ahorro, transparencia, y costo-beneficio para el país se puede reflejar en este tipo de administración? Cuando estás destruyendo una de las principales ramas de la economía del país, formando un monopolio el cual solo es controlado por la Sedena», refirió.
Escobar Sánchez cuestionó también cómo se van a generar los recursos que requiere nuestro país, «si los que los generamos los impuestos somos los empresarios; sabemos que la Sedena no paga impuestos, por lo que, al no generarse trabajo, no hay generación de impuestos para beneficio del país.
«Todo el recurso para invertir en nuestro país proviene de los impuestos que se generan en el mismo y si eliminas al empresario, es lógico que va llegar el momento en que no se tengan ya recursos, y se seguirán inventando impuestos, entonces habrá más carga fiscal para el empresario y el consumidor final», alertó.
Por último, dijo el presidente de la AMIC BC, AC, la planeación de la obra pública en México es sumamente importante, no solo durante un sexenio, sino una integral de mínimo 24 años, donde se revise cada periodo de gobierno y se actualicen o prioricen las obras; sin embargo, abundó que debe existir una buena planeación.