TIJUANA.- La crisis en materia de seguridad no cesa en nuestra ciudad y en el estado; seguimos sin políticas y estrategias que puedan, ya no frenar, sino reducir la violencia que todos los días presencia la población, por ello la Asociación Mexicana de Ingenieros Constructores (AMIC) de Baja California se manifiesta, de nuevo, ante esta situación.
Víctor Manuel Escobar, Presidente de AMICBC, manifestó que hay un incremento de casi 28% en incidencia delictiva, incluyendo los delitos de alto impacto; este trimestre, a decir de las estadísticas, ya es el peor en Baja California, y tal parece que continuará el alza de muertes violentas y asaltos tanto a comercios como a transeúntes.
Dijo que hasta ahora las diferentes cámaras y autoridades han señalado que la inseguridad no ha repercutido en la economía y turismo del Estado, sin embargo, urge una visión a futuro del problema: combatir el lavado de dinero; las fiscalías deben contar con una verdadera independencia para la procuración de justicia, así como un sistema anticorrupción que sea ajeno a los intereses políticos del momento.
Agregó que el clima de inseguridad está afectando más allá de la vida cotidiana en las colonias de la ciudad. La falta de garantías para mantener la integridad de los inversionistas ha generado, en el pasado, consecuencias económicas desastrosas para todos los estratos sociales.
En otras palabras, si las inversiones decrecen, generan menor flujo económico, lo que a su vez se traduce en mayor deterioro del tejido social y, en consecuencia, mayores riesgos de que aumenten los delitos de orden común, acusó.
Entre 2008 y 2009, la fuga de inversiones en el mercado de construcción fue catastrófica para miles de familias que dependen directa e indirectamente de esta industria, por ello, la incertidumbre aumenta en cada disparo y en cada muerto, por cada gota de sangre derramada en las calles de nuestro estado. Se está esfumando la competitividad y con ella, se irán los empleos, explicó.
Destacó que la falta de estrategia efectiva, capacitación y seguridad nos cuesta y puede ser más que el 10% del PIB estatal, si no detenemos esta espiral delictiva con inteligencia y voluntad.
«Si lejos de seguir cargando estos temas en el presupuesto, la voluntad de nuestros gobiernos fuera resolutiva, podríamos utilizar buena parte de los recursos en la creación de más y mejores empleos, así como atender problemáticas que causan, por igual, un deterioro masivo en la calidad de vida de los bajacalifornianos», dijo.
Manifestó que si no se detienen las extorsiones, asaltos, tiroteos y muertes, tendrán aún mayores problemas; la falta inversión y empleos generan una escalada de consecuencias catastróficas.
Dijo que cada peso invertido en la ineficiente lucha contra la delincuencia, mientras no se combaten sus causas, es un peso que no se está invirtiendo en infraestructura, educación y desarrollo económico; son millones de pesos que perdemos para el futuro, a causa de la incapacidad e inteligencia de las autoridades.