Falta apoyo del gobierno a la columna vertebral de la economía, las Mipymes

Se les imponen muchas obligaciones, de las que reciben pocos beneficios fiscales

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TIJUANA.- La industria de la construcción es uno de los sectores más importantes en México. Los países en desarrollo tienen un amplio mercado potencial debido a las grandes obras de infraestructura, que permitirá la inclusión de sus economías, cada vez de mejor manera, a un mundo más competitivo.

Las micro, pequeñas y medianas empresa (Mipymes) en nuestro país son un elemento fundamental en el desarrollo económico, porque constituyen la columna vertebral de la economía nacional y por su alto impacto en la generación de empleos.

Sin embargo, la realidad de estas unidades económicas es que se les imponen muchas y diferentes obligaciones, de las que reciben pocos beneficios fiscales, administrativos, económicos, entre otros, que pudieran incentivar la creación de nuevas empresas y consolidar las ya existentes, y así fomentar el desarrollo sustentable de las Mipymes.

La importancia de estas para la economía municipal, estatal, regional y nacional, es ampliamente reconocida. Contribuyen con 7 de cada 10 empleos formales que se generan en el país, es decir, componen 99% de las unidades económicas y generan 52% del Producto Interno Bruto (PIB).

Pese a su valor estratégico en la generación de empleos, las Mipymes enfrentan graves obstáculos para su desarrollo. A las complicaciones legales para abrir su negocio, y reabrir los que ya funcionaban, los empresarios tienen que solventarlas con recursos propios, mismo que podrían destinarse al mantenimiento de sus actividades.

Lo anterior, repercutirá directamente en la unidad económica hasta tornarse en una pesada carga, que podría llegar a ocasionar incluso el cierre de muchas si no cuentan con los apoyos necesarios por parte del gobierno. El promedio de vida de las Mipymes, si superan el primer año, es de cinco por la falta de apoyo, es por ello prioritario elevarlas a rango constitucional.

URGE PRIORIDAD A MIPYMES

A decir del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), 75% de las empresas que abren en nuestro país quiebran durante los primeros cinco años, esto se debe principalmente a las distorsiones que tiene el mercado interno, el exceso de trámites, la falta de crédito para capital de trabajo o para invertir, además de la corrupción de las autoridades, inseguridad pública y regulaciones excesivas.

Se deben entender las exigencias que tenemos los de quienes generamos empleos, producimos riqueza y contribuimos con nuestros impuestos al gasto público del país, si esas somos los micro, pequeños y medianos empresarios.

Es urgente que las autoridades gubernamentales den mayor apoyo a las Mipymes; es necesario elevarlas a rango constitucional para lograr todos los beneficios que requieren, como créditos baratos y que la plantilla actual de estos se incremente.

La emergencia económica y sanitaria a nivel nacional, caracterizada por el estancamiento económico, a la vez que persiste el alza de precios y salarios, la devaluación del peso, el precio del petróleo por los suelos, la pandemia del Covid-19, entre otros, obliga a darle prioridad tanto a la protección como al desarrollo de las Mipymes.

Se debe proteger la actividad económica que realicen estas, y proveer las condiciones necesarias para que el desenvolvimiento del sector privado contribuya con toda su fuerza al desarrollo económico nacional, promoviendo la competitividad e implementando una política nacional para el desarrollo industrial sustentable, que incluya vertientes sectoriales y regionales en los términos que establece nuestra constitución,  así,  incentivaríamos  y promoveríamos  el desarrollo, la protección  y velaríamos  por los derechos de las Mipymes.

De acuerdo con el último censo económico, en Baja California existen aproximadamente 95 mil 882 establecimientos. En cuanto al tamaño de las empresas, la información estadística apunta que 92 de cada 100 establecimientos son microempresas.

Se tiene que trabajar en concreto en direcciones que permitan una mayor participación de la Mipymes, entre las cuales están:

  1. Análisis más detallados del comportamiento de los mercados globales y nacionales no solamente desde la óptica de la macroeconomía en general, sino también mediante el estudio de aspectos meso y macroeconómicos del comportamiento de los sectores.
  2. Mejor análisis de las fuentes de financiamiento de las Mipymes y los procesos de análisis de cobertura de riesgo, siguiendo los lineamientos establecidos por los acuerdos de Basilea de tal forma que existan criterios adecuados para que las empresas cuentes con los recursos financieros que le den acceso al mercado de factores.
  3. Desarrollar programas de capacitación y entrenamiento de los trabajadores empelados en las Mipymes, de tal forma que estas instituciones tengan un personal ocupado con mayor capacitación, flexibilidad y eficiencia para el desarrollo de las actividades.

Los últimos dos aspectos expuestos permitirán que se encuentren en condiciones de tener un mejor acceso a la tecnología y mejorar su logística en acceso al mercado de bienes y servicios.

Además, es necesario fomentar el mejoramiento de las formas de gestión y colaboración, por ejemplo: en falta de conocimiento en la nueva cultura de desarrollo organizacional; falta de claridad de cómo llevar sus producto o servicios al consumidor final; incapacidad para fortalecer el área comercial y de ventas de la compañía; no conocer si el personal que tienen actualmente es el adecuado en un proceso de crecimiento, y resistencia al cambio.

A pesar de las áreas de oportunidad, uno de los obstáculos más grandes sigue siendo el acceso al financiamiento para sacar adelante sus ideas de negocio o de innovación de producto.

Por estas razones, exigimos a nuestros gobernantes se tenga la objetividad y la voluntad política de elevar a rango constitucional a las Mipymes, de las que reiteramos, son la columna vertebral de la economía de nuestro país, y quienes sacarán adelante a México al finalizar esta pandemia.

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