Expediente Político
Por.- Alfredo Calva
La privatización de los servicios públicos que los gobiernos municipales están obligados a brindar, de acuerdo al artículo 115 Constitucional, resultan sustanciales negocios para el gobernante que los lleva a cabo, y la recolección y disposición final de la basura no es la excepción, y si no lo creen, pregunten sobre el particular al ex alcalde de Tijuana, Jesús “Chuy» Gonzáles Reyes.
Durante la gestión del panista “Chuy» González, una de las más corruptas que han padecido los tijuanenses, su desmedida ambición por hacer negocios bajo el amparo del poder político y su investidura, le generó la idea de llevar a efecto la privatización de los servicios de recolección y disposición final de la basura, mismos, que entregaría a su amigo Alberto Garza Santos, empresario regiomontano dedicado a ese rubro.
Sin embargo, los planes de negocios de “Chuy» González, no avanzaron a la velocidad y ritmo que él deseaba, nunca contó con la férrea oposición de los más de 600 trabajadores del área de limpia del gobierno municipal, empleados en su mayoría, pertenecientes al sindicato de burócratas cuya dirigencia también lo enfrentó para evitar la perdida de las plazas de sus agremiados y el negocio que González Reyes pretendía realizar.
La beligerancia mostrada por los sindicalizados y sus líderes, orillaron al ambicioso alcalde a conformarse con una fracción del gran negocio que inicialmente imagino y planeo llevar a cabo, solo concesionar a su amigo Alberto Garza, lo referente a la disposición final de la basura, lo que comúnmente se conoce como relleno sanitario, para lo cuál con dinero público adquirió un predio en Valle Verde y se lo entregó para su usufructo a Alberto Garza, quien gustosamente agradeció sustancialmente al primer edil su trabajo y empuje a su favor.
Hoy, otro alcalde emanado de las filas de Acción Nacional, Juan Manuel Gastélum Buenrostro, mejor conocido entre los tijuanenses como “El Patas”, pretende cerrar la pinza que “Chuy» González no pudo concretar, privatizar también la recolección de la basura.
Para ello, el “Patas» al arranque de su administración se inventó una emergencia con relación a la recolección de los desechos domésticos, a causa dijo, de las pésimas condiciones en que su antecesor, Jorge Astiazarán Orcí, le entregó el parque vehicular de los camiones recolectores de basura, por lo que a través de una oscura e irregular proceso de licitación, entregó un contrato a sus amigos para la renta de 40 unidades recolectoras, por un monto de 70 millones de pesos anuales.
Lo anterior, fue la primera fase de su proyecto, la segunda acción, consiste en la contratación de 60 personas para el departamento de limpia, mismos que reemplazarán a igual número de trabajadores de esa área que por razones de edad, señala Oficialía Mayor, su trabajo ya no lo desempeñan con la eficiencia requerida, ante la mirada impávida hasta ahora, de la dirigencia sindical.
La tercera fase para obtener su objetivo, será sustituir a todos los empleados sindicalizados del área de limpia y mandarlos a otras dependencias o liquidarlos, todo dependerá si el “Patas» logra adquirir la conciencia de los dirigentes, hecho que si se da, no tendría nada de raro o extraño que sucediera cuando en este país la historia nos ha mostrado y demostrado que la sensibilidad y trabajo en favor de sus agremiados por parte de los lideres sindicales en su mayoría, está supeditada a los cañonazos económicos que la parte patronal les dispare.
Solo le restará al alcalde de Tijuana para culminar su plan de retiro, entregar en un simulado proceso de licitación la concesión para la recolección de la basura a sus amigos de GEN, y esperar el generoso y sustancial agradecimiento de ellos por su buen desempeño y contribución.
Sin duda, la privatización de la recolección de la basura, es un gran negocio.
Y mientras tanto….
En Morena siguen recibiendo todos los lixiviados políticos de los demás partidos.