Expediente Político
Por.- Alfredo Calva
El turista….
El placido periodo vacacional en el que se encuentra y disfruta sin rubor alguno el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del VIII Ayuntamiento de Playas de Rosarito, Francisco Arellano Ortiz, con cargo a los bolsillos de los ciudadanos radicados en el municipio a través de sus impuestos y de las extorsiones de que son víctimas de los elementos de la policía municipal, dio inicio el primero de octubre del 2019 cuando la mayoría de los integrantes del cabildo le dieron su aprobación para que asumiera el encargo.
Arellano Ortiz llegó de la mano de la presidente municipal, Araceli Brown Figueredo, quien lo recomendó y presentó ante el cuerpo edilicio como un policía de gran capacidad y experiencia, sin embargo, en la praxis el promocionado solo ha mostrado y demostrado su ineptitud para estar al frente de la encomienda que irresponsablemente, por no haber investigado los regidores sus antecedentes y desempeño laboral, le otorgaron.
Al igual que su capacidad para elaborar e imponer un tabulador de cuotas para cada uno de los elementos acorde a la posición jerárquica que les asignó, a la zona en que desempeñan su labor y al grupo en que están asignados, arancel que debe de ser obligadamente cubierto por los agentes, en algunos casos de manera diaria y los restante semanalmente, y aquellos que no aceptan la consigna de corrupción, que se revelan a los deseos del Secretario, son enviados a los puntos de vigilancia más alejados sin el arma de cargo colocándolos así en estado de indefensión.
Y mientras Arellano Ortiz goza de su relajada estancia y de su intensa agenda social, el municipio se desmorona por la lacerante inseguridad que padecen sus ciudadanos y que día a día aumenta, no hay ilícito que se encuentre en el catalogo de delitos que haya tenido una sustancial disminución, el robo con o sin violencia a casa habitación, a comercios, el de vehículos, asalto a transeúntes, levantones, asesinatos y el cobro de piso a negocios, son la cotidianidad en la demarcación, flagelos que han convertido al municipio en el más inseguro en la entidad ante la descarada complacencia de Araceli Brown Figueredo.
A lo anterior, se suma las constantes desavenencias que tiene Arellano Ortiz con los elementos cuando estos en cumplimiento de su deber detienen a personas que al ser revisadas se les detectan situaciones que son causales para ser turnados a las agencias del ministerio público de los ordenes común y federal, sin embargo, Arellano Ortiz al ser enterado de los hechos, vía telefónica o radiocomunicación ordena dejar libres a los detenidos, lo que genera molestia en los agentes quienes terminan confrontándolo por la protección que brinda a los presuntos delincuentes, ya que demerita su trabajo y genera un manto de impunidad a los infractores.
Y la indiferencia que muestran sobre el particular los integrantes de la mesa de coordinación estatal de seguridad que encabeza el gobernador, Jaime Bonilla Valdéz, contribuye a que el problema de inseguridad que padecen los rosaritenses escale sin contención alguna bajo la complaciente mirada de Araceli Brown, quién solo concentra sus esfuerzos y los recursos del gobierno en reconstruir su desmoronada imagen pública para conseguir, -hecho que todo indica no sucederá-, la candidatura de Morena de nueva cuenta en busca de su reelección. Mientras tanto, Arellano Ortiz se regodea de la situación que goza a costillas de los impuestos y de las extorsiones que tienen que pagar los ciudadanos para su goce y disfrute.
Ante el estado de indefensión en que se encuentran los radicados en Rosarito, ya que no pueden recurrir a autoridad alguna para que intervenga y a través de ello se puedan tomar acciones que permitan frenar y paulatinamente disminuir de forma sustancial la inseguridad, solo les queda esperar la llegada del primer domingo de junio para que, a través de su voto puedan elegir como sus nuevas autoridades, a aquellos que tras haber revisado su trayectoria laboral, familiar y de comportamiento público, consideren que tiene el perfil para ser un buen servidor público.
Y mientras tanto….
Quien acusa esta obligado no solo a demostrarlo, sino también a denunciar ante la autoridad correspondiente, de no hacerlo, será cómplice o simplemente un bocón.
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