Antropología Forense: Bitácora y Apuntes de un Forense

Por Beatriz Aguilar Alejandrez de la Sociedad de Ciencias Forenses en Baja California
www.socifobc.org
Históricamente la antropología ha permitido estudiar al ser humano de una forma integral, siendo una disciplina que aplica técnicas y metodologías que permitirán establecer la identidad de personas vivas o muertas mediante características morfológicas propias del sujeto, de igual forma esta especialidad permite estimar edad biológica de un cadáver o restos humanos, mediante estudios radiográficos y el auxilio del método del carbono 14.
El especialista en esta rama será parte el equipo forense en una investigación y le serán remitidos los restos localizados para su análisis o bien los recolectara directamente desde el sitio de localización, según sea el caso, todo esto con la finalidad de ofrecer un dictamen que ayude con la investigación.
El Departamento de Identificación del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México cuenta con un departamento especializado en esa área incluyendo estudios antropofísicos que abarca lo (somatológico: que se enfoca en el análisis de la estructura corporal humana y de su desarrollo); también lo (osteológico: que estudia los huesos y piezas dentales).
Esta ciencia con los años ha logrado ampliar su campo de acción siendo un apoyo en el contexto médico – legal. En México la antropología forense tuvo su origen entre 1890 y 1910, con los trabajos de los médicos francisco Martínez Baca y Manuel Vergara, estos estudios permitieron analizar las particularidades del hombre criminal en relación con aspectos raciales, sexo, lugar de procedencia y el estatus social en el que había nacido y desarrollado, todo esto con el objetivo principal de prevenir hechos delictivos, más que el castigo que se aplicaría.
Cabe aclarar que muchas de estas técnicas antropológicas las utilizaron como objeto de valoración métrica de los individuos, estas observaciones morfológicas las consideraban como información para estimar el grado de atavismo en los criminales, en otras palabras, que los datos recabados permitirían identificar si un individuo era propenso a delinquir, aunque hay ciertos factores que pueden influir, las características morfológicas no son una regla.
A partir de 1970 en México se consolido la antropología física forense por Luis Alberto Vargas Guadarrama (médico y antropólogo físico) y Mario Alva Rodríguez (médico legista) utilizando métodos radiológicos para la superposición craneal, estos avances fueron seguidos por el antropólogo Arturo Romano Pacheco quien fue el primero que llevo a cabo técnicas para una reconstrucción facial con apoyo de la superposición fotográfica, siendo este último reconocido por lograr la identificación de los restos óseos de la poetisa novohispana Sor. Juana Inés de la cruz.
El fenómeno migratorio en todo el mundo y el mestizaje ha contribuido a modificar el perfil biológico y morfológico de los seres humanos, ese conocimiento ayudara a identificar esa variabilidad facial de la actual población mexicana, las diversas instituciones judiciales han desarrollado sistemas computacionales de retrato hablado para su aplicación en la identificación forense. Los avances en esta disciplina han permitido determinar el tiempo de la muerte, edad en adultos, ancestría, traumas e identificación positiva.

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