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TIJUANA.- Conocí a Víctor Duarte a mediados de los años noventas, cuando junto con Carlos y Anuar Yeme formaban el equipo de deportes en Canal 12.
Siempre me movió a la admiración el buen Víctor, porque era modelo de periodista fronterizo: bilingüe, técnico nato, con una enorme facilidad no solo la para la edición y localización de materiales audiovisuales, sino sobre todo, por su conocimiento de aquello que más la interesaba a su público en aquellos momentos.
Ignoro si era fan de Los Padres de San Diego o de los Chargers, pero conocía a todas los figuras del otro lado de la frontera. Escuché a Víctor Duarte intercambiar con los hermanos Yeme opiniones acaloradas en materia de deportes, pero nunca a nivel personal.
En ése sentido, Víctor era un caballero y siempre estaba enfocado en lo suyo.
Nunca lo vi participar en discusiones estériles o de mala fe.
Al salir de Televisa, sé que participó en algunos proyectos de radio y luego en PSN, como parte del equipo de reporteros y conductores, donde tuvo un desempeño excepcional, sobre todo porque abrazó causas sociales de la gente más desprotegida, tarea por cierto, fundamental para cualquier que desee ser llamado periodista.
Me consta que fue un esposo ejemplar.
La última ocasión que platiqué con Víctor, hablamos de su viaje a Cataviña, en el sur de Ensenada de la forma en que describió en redes sociales la velada con su pareja, en la noche, con una fogata y bajo la luz de las estrellas.
Sabedor de que la vida es una vela que con una suave brisa, también se apaga, comentamos que no es el edificio presuntuoso ni las grandes posesiones lo que da la felicidad, sino esos momentos de revelación ante la naturaleza y el amor de quienes nos rodean.
Acordamos viajar, «un día», a conocer su espacio en Cataviña. En otra ocasión será, espero, pero no en esta dimensión, sino rodeados de ángeles y estrellas.
Mi más sentido pésame a su esposa, a su familia, en especial a Cuitláhuac, su hermano, a sus compañeros de estación y amigos.
Víctor pasó a otro plano luego de varios días de luchar por su vida en un hospital. Ahora ya descansa en paz.
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