Perro de paja

Lindero Norte, la columna
Perro de paja

Antonio Heras

Hace tiempo quería escribir esta columna hasta que la oportunidad cayó como anillo al dedo.

Se dice que un perro de paja es alguien que aparenta fuerza y poder aunque en realidad esconde su naturaleza hueca y falsa.

Eso define de cuerpo entero a Marco Antonio Blásquez, diputado petista en el Congreso de Baja California.

Si alguien me lo platica, lo pongo en duda por tan absurda arenga. La realidad sobrepasó a la ficción y es cierto.

Resulta que este locutor convocó a ciudadanos de San Quintín, Ensenada, Rosarito y sobre todo Tijuana a verlo subir a tribuna y escuchar impávidos návidos alguno de sus acostumbrados pronunciamientos.

Va a ser una experiencia bonita, promete. Bonita, bonita.

Y hasta se atreve a asegurar que de no ser locutor o diputado él mismo aprovecharía esa oportunidad de vivir esa experiencia.

Además de la donación de alimentos y transporte de ida y vuelta de la Zona Costa, instruyó a sus huestes a presentarse este jueves a las 6.30 de la mañana para que después de desayunar trasladarse al Centro Cívico una hora antes de la sesión ordinaria del Congreso local. Acarreo parlamentario.

Según los cálculos bonillistas decenas de camiones coparán el centro de gobierno como una expresión de defensa de la dignidad social.

También sus huestes deberán apoyarlo cuando se pronuncie porque los diputados sirvan al pueblo y haya un estado justo y seguro.
Antes, a las 11 dará una conferencia de prensa donde anunciará su cruzada contra gobernantes y legisladores.
Seguro será una experiencia bien bonita, tal y como lo fue en los seis años que cobró como senador plurinominal y se dio el lujo de traicionar a López Obrador y sus postulados.

Es risible su presencia en su curul, es un fiel representante del absurdo hasta la ignominia.

Blásquez, dícese de la personificación de un perro de paja.

Hay quien asegura que este santo varón gesticula, grita, interpela para esconder su naturaleza hueca y falsa.

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