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Comes, ¿y te quedas?
Por Francisco Ruiz*
Las nuevas generaciones desconocen muchos datos interesantes de la historia de nuestro país, algunos porque la ignoran y otros porque la prefieren ignorar, aunque no necesariamente se trate de acontecimientos remotos, sino de sucesos relativamente recientes.
Por ejemplo, han transcurrido casi 21 años desde el desencuentro entre México y Cuba ocurrido en marzo de 2002 durante celebración de la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la cual se reunieron “50 jefes de Estado o de Gobierno y más de 200 ministros”, así como “dirigentes del sector privado y la sociedad civil, y funcionarios superiores de todas las principales organizaciones financieras, comerciales, económicas y monetarias intergubernamentales”, en la capital regiomontana.
El entonces presidente de México, el panista Vicente Fox Quesada, de una manera muy poco ortodoxa le pidió a su homólogo cubano, Fidel Alejandro Castro Ruz, que abandonara México: “Te invito a que estuvieras en ese almuerzo, inclusive que te sientes a mi lado, y que terminado el evento y la participación, digamos, ya te regresarás…a la isla de Cuba o a donde tu gustaras ir…para que no me compliques el viernes”.
La gran preocupación del señor de las botas era evitar un encuentro entre el líder de la Revolución cubana y el presidente estadounidense, el republicano George W. Bush. El suceso fue conocido popularmente como “comes y te vas”, y no paró ahí, sino que las repercusiones fueron severas, al grado de casi romper relaciones diplomáticas entre dos naciones que nacieron prácticamente a la par.
Ya antes, todavía siendo gobernador de Guanajuato, Fox Quesada había expresado su antipatía por el cubano, cuando declaró: “vamos a darle un empujoncito a Fidel Castro…para que se vaya a la tumba, ya tiene suficiente edad”.
Esto resulta contrastante porque, incluso antes de su arribo al poder, Andrés Manuel López Obrador ha expresado reiteradamente su beneplácito hacia el sistema de gobierno cubano. De hecho, el 16 de septiembre de 2021, durante el desfile cívico-militar que anualmente se lleva a cabo con motivo del inicio del movimiento de Independencia nacional, el jefe del Ejecutivo federal exigió el cese al bloqueo comercial que Estados Unidos mantiene hacia Cuba.
No conforme, hace unos días López Obrador recibió por tercera ocasión a Miguel Díaz-Canel, presidente de la República de Cuba desde 2019. Teniendo a Campeche como escenario, Andrés Manuel condecoró al mandatario cubano con la Orden Mexicana del Águila Azteca en el grado de collar, “la más alta distinción que entrega el Gobierno de México a extranjeros, y se otorga en reconocimiento por servicios prominentes prestados a la Nación Mexicana o a la humanidad”, según fuentes oficiales.
No conforme, durante su discurso, el presidente mexicano sentenció: “el gobierno de Estados Unidos debe lo más pronto posible levantar el bloqueo injusto e inhumano al pueblo de Cuba… ¡Que viva Cuba libre y soberana!”. No en vano, el tabasqueño se carga con la fama de socialista. Contrario a Fox, sólo faltó que AMLO dijera: “comes y te quedas”.
De acuerdo con el Sistema de Consulta de Información Estadística y Arancelaria por País (SIC) de la Secretaría de Economía, al 2019, la balanza comercial entre nuestro país y Cuba representaba un superávit de $389,300 de dólares, mientras el intercambio comercial con nuestro vecino del norte registró un saldo positivo por $165,055,584 de dólares. Esta de pensarse, ¿no?
Post scriptum: “Águila no caza moscas”, refrán venezolano.
* El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
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